Las formas más excéntricas que se utilizaron para mover drogas

Si sólo utilizaran tanta creatividad e imaginación para hacer el bien, muchos de estos narcos ya se habríaN ganado un premio nobel por su aporte a un mundo mejor. pero se van por el camino fácil para cometer sus ilícitos negocios, que la mayor parte del tiempo los mandan a la jaula por varios años. Son los casos tirados de las mechas, como el de una eva que tenía unas plantas de macoña adornadas como tiernos arbolitos de pascua.
Surfista boli cayó con la tabla dura
Con una tabla de surf en el capó de su auto, el boliviano Vicente Senca Villca (32) se pegó el pique, el martes 13 de octubre, desde la nortina Arica hasta el ondero balneario de Pichilemu, en la Región de O’Higgins, con el deportivo artículo en el capó de su troncomóvil. Su intención: hacer de todo, menos montarse en las olas a practicar esta extrema disciplina.
El sospechoso se hacía pasar por surfista para no levantar sospechas. Cuando se encontraba en el lugar investigado, se procedió a allanar el domicilio, que era usado como laboratorio. Para esto, el sujeto (y sus cómplices chilenos) tenía una serie de productos y químicos usados, se fue de lengua el capitán Manolo Gómez, del OS-7 de Carabineros.
El boli no tenía ni las calugas ni la cabellera salvaje con la que anda la mayoría de estos deportistas. Eso sí, su cabeza estaba llena de información y fórmulas químicas, ya que a través de un complejo método transformaba la adictiva pasta base en cocaína de alta pureza, por lo que sus socios chilenos estaban atentos a anotar cada paso para hacerlos ellos mismos.
Luego de rochar el laboratorio, los verdes sacaron de circulación 19 kilates de pasta base de cocaína, equivalentes a más de 95 mil dosis, avaluadas en cerca de 100 millones de pesos. También pillaron varias dosis de marihuana, 19 litros de ácido muriático y otros químicos.
Tanto el boli picado a surfer como sus tres sociates chilenos fueron puestos a disposición de la justicia, para que paguen por sus fechorías y mandar a la punta del cerro la Ley 20.000.

Sepultureros movían en pijamas de palo
Rezando para no ser capturado se movía un grupo de narcos que hacía de las suyas al interior de una funeraria en Quinta Normal. Pero la suerte no es eterna. El jueves 20 de octubre, los polis de verde del 0S-7 cacharon que las personas que entraban al local salían más angustiadas de lo que entraban, por lo que se pusieron a investigar.
“Una mujer, identificada como Carolina Care Kendall (29), es sorprendida vendiendo droga y, al ver la presencia policial, arroja unas bolsas al interior del taller de ataúdes. Ella señala que un tercero la proveía de la sustancia ilícita, y que fue individualizado como Carlos Ortega Vargas (54), quien mantenía 62 bolsas de nylon dosificadas con cocaína”, le tiró tierra a los traficas la capitán Mónica Herrera, del OS-7.
Pero la historia no murió ahí. Ortega apuntó a un tercer sujeto, el que le pasaba la mandanga a manos llenas para que contaminara las calles. Se trataba del ciudadano peruano José Antonio Vargas (29), quien, además, se encontraba de manera ilegal en el país. Él fondeaba la merca dentro de los féretros y algunos recovecos del lugar.
“Gracias a la acción de Omar, el can antidrogas, se logró detectar dos kilos 546 gramos de clorhidrato de cocaína, avaluados en más de 50 millones, además de $1.314.000 en dinero en efectivo y varios dólares”, agregó la capi Herrera.
En el control de detención, los tres “sepultureros” se tiraron la pelota unos a otros, haciéndose pasar por consumidores y no por traficantes. Pero el juez no les compró su cuento, ya que, además, les pillaron pesas y elementos para dosificar la mugre blanca, por lo que los mandó derechito a la jaula por los tres meses que dure la investigación.

“Carteros” le pasaron psicodélica encomienda
Directo desde Alemania fue enviada una dura encomienda que un “emprendedor” chilensis mandó a pedir para iniciar un ilícito negocio en la comuna de Recoleta. Se trata de Pablo Bruna (29), quien encargó varias dosis de droga sintética para moverla en el bohemio Barrio Bellavista.
“Funcionarios policiales realizaron una entrega controlada. Una vez contactado el sospechoso se le hizo entrega del correo, correspondiente a 875 dosis de 25 Nibom, 16 pastillas de éxtasis y 13 dosis en bolsas de éxtasis triturado”, descaseteó la teniente Pamela Sandoval, del OS-7 de Carabineros, el viernes 28 de agosto.
Lo que no sabía Bruna era que su pedido fue cachado apenas ingresó al país por la Aduana, por lo que los polis quisieron llegar al fondo de todo: se disfrazaron de carteros arriba de una cleta y, soportando los ladridos de los perros, llegaron hasta el depa del hombrón para entregarle el paquete.
Los polis entraron al domicilio y se fueron de espalda al cachar un cototo sistema indoor, con cactus peyote, macoña de distintos tipos, hongo Silocibe, hachís y otras yerbas que harían flotar a un elefante, avaluadas en más de 50 millones de pesos. El cabro, que pagaba sus pedidos con dinero virtual (bitcoin), fue sentado frente al juez para que pague por sus pecados.
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