Fernando Guzmán era conscripto del Ejército en 1986 cuando integrantes de la patrulla a la que pertenecía quemaron vivos en Estación Central a Carmen Gloria Quintana y a Rodrigo Rojas de Negri.

El hombre esperó 29 años para contar su verdad que tiene en la capacha a siete personas que habrían participado en el horroroso crimen que le quitó la vida al joven y dejó con graves secuelas a la mujer.

Guzmán declaró ante la justicia que su anterior testimonio, que exculpaba a sus compañeros, había sido falso porque sus superiores lo había obligado a mentir, y ahora dijo que el entonces teniente Julio Castañer González fue el hombre que con su encendedor prendió fuego a los jóvenes que antes habían sido rociados con combustible.

“El verdadero culpable tiene nombre y apellido: Julio Castañer González, ese es el nombre del asesino. El teniente Castañer ordena rociarlos con la misma bencina con que iban a hacer la barricada, se acerca a la muchacha y la empieza a intimidar con un encendedor: Querís que te queme conchetumadre”, le dijo Guzmán a Chilevisión.

“El mismo encendedor hizo la combustión con la que se quemó Carmen, no fue con bombas molotov. Rodrigo no alcanzó hacer nada, cayó hecho una bola de fuego, mientras que Carmen corrió 15 metros”, agregó el ex conscripto.

FUNA

El militar siguió su carrera en la institución armada hasta que se retiró con el grado de coronel. Actualmente trabaja en la V división del Ejército en Punta Arenas y al ser requerido por el juez Mario Carroza, el miércoles se presentó al primer juzgado de letras de la ciudad.  Ayer en la madrugada, cuatro detectives de la PDI lo escoltaron al aeropuerto  Carlos Ibáñez del Campo de Punta Arenas, para viajar a la capital.

En el terminal aéreo Castañer fue funado por un lote de unas 15 personas que aprovecharon el escaso contingente policial que cuidaba al acusado y lo zamarrearon, botaron al suelo, patearon, escupieron e insultaron.

Los manifestantes se habían coordinado para funar al acusado y para eso llegaron a las 5 de la madrugada con pancartas que decían “en Magallanes no queremos a este asesino”, y con un bidón de combustible en recuerdo al que habrían usado los asesinos para quemar a los lolos.

En la capital el militar en retiro compareció ante el juez Carroza, al igual que los otros seis acusados, y se espera que el magistrado en el marco de la justicia antigua determine en las próximas horas si procesa a los ex militares por homicidio calificado.