Como llegó a la 13.15 horas al Instituto Superior de Comercio (Insuco), el ciudadano Ricardo Lagos Escobar tuvo que aguantar una descomunal cola antes de poner la raya.

Con más de 50 personas en la fila antes que él, Don Ricky tuvo tiempo para echar la talla, chacharear con sus admiradores  e incluso sacarse fotos con los electores que cumplían su deber cívico en el gimnasio del liceo santiaguino.

NERVIOSA

Uno que se aprovechó del pánico fue el abogado Cristián Prado (39), quien quedó justo detrás del ex presi.

Debido a que los ágiles de la prensa no le perdieron pisada al ex mandatario, la pequeña hija de Prado, Panchita (11), lo vio en la tele y llamó a su papá al celular.

- ¡Papá, te estoy viendo justo detrás del (ex) Presidente!

- Sí, mi amor, ¿quieres hablar con él?

"Don Ricardo, mi hija quiere hablar con usted" ,  fueron las frases exactas para coordinar la solemne y republicana charla.

El ex gobernante recibió el teléfono del chocho papá y atendió amablemente a la pitufa, quien se puso más tiritona que canasto de guatitas.

Trascendió que los interlocutores trataron temas de política internacional, impuestos diferenciados y proyección de los comodities para el Producto Interno Bruto, pero el carácter privado de la conversación fue respetado éticamente por la pergenia.

"Me preguntó cómo estaba, yo le dije que bien y le agradecí mucho que hablara conmigo", relató la chicuela, quien se define laguista-chocolatista.

"Fue un gran honor hablar con un ex Presidente, me dio emoción y mucho nervio. En el colegio no me lo van a creer", reflexionó la peque.

Prado se subió por el chorro en su labor de "canciller" y aprovechó al máximo su cercanía con Lagos. "También le llevo un autógrafo del Presidente a un amigo", contó.

Pedro Robledo A.