Los 24 minutos en los que Jeannette escuchó....

Hace casi dos años, cuando ni siquiera había sospechosos por la muerte de Esteban y el ataque a Pablito, los fiscales Sur Pablo Sabag y Patricio Vergara juraron que encontrarían al culpable de tan brutal crimen. Ayer, en el Tribunal de Puente Alto, al fin pudieron cumplir su palabra.
Los 24 minutos en que Jeannette Hernández (40) estuvo en el tribunal fueron un resumen de su actuar durante los 18 días de juicio.
Al entrar a la sala, repleta de cámaras y periodistas, esbozó una leve sonrisa al ver en segunda fila a Juan Antonio y Raquel Hernández, su padre y tía.
Mientras el magistrado Renato Pinilla leía que Hernández, "utilizando un martillo golpeó en múltiples ocasiones en la cabeza a sus hijos", la mujer movía la cabeza de lado a lado, negando lo que a esa altura resultaba evidente. Lo hizo por casi cinco minutos.
NERVIOSA
Jeannette recién entendió que su suerte estaba echada cuando escuchó que el tribunal la sindicaba como "culpable".
A los 20 minutos de iniciada la audiencia agachó la cabeza, se escondió detrás de su pelo y, tal como el jueves, cuando vio un dibujo con las lesiones de Esteban, de sus ojos brotó un llanto ahogado. Esta vez nadie tuvo compasión...
Cuatro minutos más tarde abandonó la sala, no sin antes limpiarse dos lágrimas de su rostro. No alcanzó a ver que su padre, tía y hermano la seguían con la vista.
El próximo sábado Jeannette sabrá cuántos años pasará en la cárcel. La Fiscalía pidió una pena que, por lo bajo, la tendría un cuarto de siglo tras las rejas. En el peor de los escenarios, estará privada de libertas los próximos 40 años, sin beneficios carcelarios.
MADRE ATACÓ A HIJOS Y SALIÓ A REGAR EL PATIO
Más allá de toda duda razonable, según los peritajes de la Brigada de Homicidios y la investigación de la Fiscalía Sur, así ocurrió el robo con homicidio más cruel de la historia policial chilena:
La mañana del jueves 17 de enero de 2008, Jeannette Hernández mandó a comprar vienesas y queso a Pablito (16). Al llegar a la casa el niño se acostó en el sillón del living. La mujer subió al segundo piso y tomó un martillo, que estaba en la pieza de los niños.
Jeannette bajó la escalera. Su hijo dormía mirando hacia la muralla. Los golpes fueron con una fuerza media, pero contundentes, casi en forma lateral.
No se sabe cuántos embates fueron, tampoco si el pequeño Esteban (7) alcanzó a ver cómo su madre golpeaba a Pablito. Lo que sí está claro es que la mujer subió, con el martillo ensangrentado, hasta la pieza del menor. Con una mano afirmó su cabeza contra la alfombra y lo atacó en ocho ocasiones, una de ellas con la parte de atrás del martillo.
La mujer se bañó y cambió de ropa. Luego regó el antejardín. Quería pasar piola frente a sus vecinos.
Casi dos horas depués salió de su casa, portando el martillo y la polera que usó para cometer el delito.
"ESTEBAN AHORA PUEDE DESCANSAR EN PAZ"
Pese al enorme trabajo del ente persecutor, los fiscales en ningún momento mostraron una pizca de alegría por su victoria. ¿La razón? Jamás olvidaron que una madre asesinó a martillazos a su propio hijo.
El fiscal regional de la zona Sur, Alejandro Peña, comentó que "este caso conmocionó a la sociedad entera. Dos niños fueron brutalmente agredidos y pudimos obtener la sentencia que estábamos reclamando. Esteban en estos momentos puede descansar en paz".
"Fue un momento de mucha emoción. Nunca es grato lograr una condena en contra de la madre. Hubiera sido más fácil que hubiesen sido otros los autores", reflexionó el fiscal Pablo Sabaj.
PAPÁ DE "JANI": "NO HE VISTO SEÑAL DE QUE SEA RESPONSABLE"
Indignados, visiblemente emocionados y con la absoluta convicción de que la justicia hizo un mal trabajo, salieron del tribunal los familiares de Jeannette Hernández.
"Ella es inocente. La conozcomuy bien, no he visto siquiera una señal de que es responsable. No puedo decir lo mismo de Pablo Rojo. Desconfío de él", señaló Juan Antonio Hernández, el padre de la inculpada.
Raquel Hernández, la tía que más quería a la "Jani" y la única que la acompañó en las jornadas del juicio, se atrevió incluso a dar posibles sospechosos del crimen.
"Pablo Rojo enfermó a mi hija. Ella jamás haría eso, porque se chupa ante cualquier reto o cosa rara. Fue alguna amante de él, no descofío de Miriam Peña, pero creo que la otra mujer de Pablo tuvo algo que ver en esto", indicó.
PABLO ROJO: "SÓLO AYUDÉ A QUE SE SEPA LA VERDAD"
Pese a ser uno de los días más importantes en la vida de Pablo Rojo, el padre de Esteban y Pablito decidió realizar sus labores como cualquier otro día. Temprano salió de la casa de sus padres, en Peñalolén, y se fue al trabajo.
La única pausa en su día fue escuchar en vivo el veredicto que inculpaba a su esposa. Como si se tratara de una historia conocida, después de un minuto volvió a sus labores. "Yo pensaba que iba a haber otro culpable", dijo en la tarde, al llegar a su casa.
En su Facebook le llueven mensajes de apoyo al difícil momento que está pasando. Aunque labura todo el día, igual se ha hecho el tiempo para seguir el caso de cerca. "Hoy fue muy fuerte... Sólo ayudé a que se sepa la verdad... Nada más", escribió la tarde del jueves en su muro, luego de conocer lo que ocurrió en el tribunal durante el alegato de clausura.
EL GRAN MISTERIO: DÓNDE ESTÁ EL MARTILLO
El "caso Rojo" ya tiene culpable, pero entre todos los misterios que rondarán en el caso, el más grande de todos es: ¿Dónde quedó el arma homicida?
Según los propios recuerdos de la familia Rojo Hernández, un martillo mediano, de color rojo, mango de goma y de 311 gramos sería el arma usada por Jeannette. Hasta hoy, nunca nadie lo ha encontrado.
El fiscal Sur, Patricio Vergara, investigó el caso por casi dos años. De acuerdo a las pericias y la experiencia, cree que el martillo podría estar en el fondo del río Maipo.
"Nos impresionó el cálculo de caminatas de Jeannette en el centro de Puente Alto. En uno de sus paseos ella se acerca sin motivo justificado a uno de los brazos del río Maipo, lo que haría creer que se deshizo del martillo. Hicimos diligencias, pero no tenemos el sustento como para llevarlo a un juicio", reveló.
- ¿Cree que alguna vez aparecerá el martillo?
- Con todo el tiempo que pasó, es muy difícil encontrarlo.
Por Claudio Sanz S.
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