Hace más de dos décadas, Luis Beas, maneja la micro F13 desde el Terminal Juanita de Bajos de Mena, hasta la Plaza de Puente Alto.

De lunes a viernes Luchito, como le llaman sus amigos, se levanta a las 4 de la madrugada. Una hora y media después, ya está sobre su máquina transportando a los parroquianos a sus respectivos destinos. La pandemia deja menos pasajeros que antes, pero más caras de preocupación y cansancio.

Lleva trabajando más de 23 años en la locomoción colectiva. En esa trayectoria ha conducido todo tipo de bólidos, micros, buses y colectivos. Pero siempre en su querida comuna de Puente Alto.

Muchas historias tiene en su retina. Incontables personas que se han quedado dormida en sus viajes y ha tenido que despertarlas en la garita para mandarlas de vuelta en otro bus. La memoria tampoco alcanza para recordar la cifra exacta de celulares y billeteras olvidadas en los asientos por sus pasajeros. Pero como son siempre las mismas personas las que toman su recorrido, Luchito ya los conoce, por lo que al día siguiente puede devolverles lo perdido.

El "Toretto de la F13"

Pero la historia más triste fue la muerte de su compañera en la vida. Luchito quedó viudo hace más de 7 años, cayendo en una gran depresión. Por eso incluso dejó su trabajo por un tiempo. Pero gracias al amor de su hija salió adelante y volvió a conducir su micro.

Con su entrega y esfuerzo, Luchito -el "Toretto de la F13"- a diario nos lleva tempranito a nuestros lugares de trabajo.