Manual del galán: cómo hablarle a las mujeres y no quedar de gil

Para pasar de una noche triste y penosa con tu amigo borracho en un bar de mala muerte a una maratón de "eo, eo" con una chiquilla guapa, hay un paso muy pequeño.
El único problema es que ese paso hay que saber darlo.
El hombre promedio tiene algunas estrategias para conseguir conversar con una mujer, pero muchas veces el plan falla y hay que ser capaces de reaccionar. Aquí las claves:
Mirarla de frente. Todos lo dicen, pero es una cuestión de vida o muerte. Piénsalo así: el escote de una mujer desconocida es una trampa mortal diseñada especialmente para descartar hombres. Si caes en esa trampa, chao. Siempre es mejor mirarla a los ojos, como mucho el cuello, pero nunca las pechugas. Ellas tienen un radar que detecta tus ojos sobre su delantera.
Como un baile. Las mujeres gustan ser independientes, pero durante la conversación es bueno "guiarla". ¿En qué sentido? El asunto es como bailar, los dos se mueven, pero uno lleva la batuta. Si te está contando algo, interactúa, realiza acotaciones, dile que estás de acuerdo o en desacuerdo... ¡pero no te quedes moviendo la cabeza como el perrito del taxi!
No es interrogatorio. Las preguntas son buenas, pero nunca tanto. Centrar toda la conversación en preguntas cortas aburre a cualquiera y seguramente ella notará que no tienes nada interesante que decir. Es bueno escucharla, pero no te vayas al chancho.
Atención y memoria. Si en el inicio de la conversación te mencionó a su perrito Lucho y dos horas después te habla nuevamente de Lucho, sin aclarar que es su perro, debes recordar quién cresta es Lucho. Si lo recuerdas, ella sabrá que le estás poniendo atención y que estás interesado en las cosas que dice... aunque no sea así.
Nunca hablar de. Religión, política, deporte. Estos temas siempre son complicados y es mejor dejar tus tendencias para otra vez. Para qué meterse en problemas. Obviamente, tu ex polola no tiene nada que hacer en esta conversación, así que elimínala completamente.
El celular. Si no es exclusivamente para anotar su número de teléfono, no saques el celular para ver Whatsapp, Twitter o el Facebook. Sólo mostrarás poco interés en ella y todo se puede ir a las pailas en cosa de segundos por ñoño.
Quién eres. A nadie le importa si tienes un auto de lujo, un departamento enchulado y una billetera más grande que el amor de madre. No hables de lo que tienes, habla de lo que quieres conseguir, así te verás interesante, con metas y centrado. En esta onda, si vas a contar algo sobre ti, dale despacito y a partir de historias, no con datos sueltos y aburridos.
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