María Belén dejó como chaleco de mono a su tía Quintrala

"Con mi papá en el hospital, estábamos pasando una situación muy difícil. Mi mamá estaba muy mal y yo me hacía cargo de la casa. En ese, el peor momento, María del Pilar iba muy temprano a nuestra puerta y ponía excremento humano en la cerradura, por fuera, para que no pudiéramos echarle llave. Los vecinos la vieron varias veces".
Con este gráfico ejemplo de cómo su tía y vecina se esforzaba al máximo por hacerles la vida imposible, la odontóloga María Belén Molina (27) intentó describir la profunda oscuridad sicológica de la arquitecta María del Pilar Pérez López (58).
El testimonio de la dentista, quien fue pareja del asesinado ingeniero Diego Schmidt-Hebbel, dejó como chaleco de mono a "La Quintrala" en el primer día de juicio oral contra la mujer y su supuesto sicario, José Mario Ruz Rodríguez (46), quienes están acusados de tres homicidios.
Si bien en su declaración la joven no alcanzó a referirse al momento en que Ruz asesinó a su novio en la puerta de la casa de Seminario 97, en Providencia, y su testimonio proseguirá hoy, la odontóloga logró detallar cateteos que tenían a su familia con los pelos de punta.
"Desde que tengo noción, nunca hubo buena relación con María del Pilar", afirmó la chiquilla, a quien desde chiquitita le advirtieron que nunca se subiera al auto de su tía si ella la iba a buscar.
"Siempre nos hacía la vida imposible", recordó Belén, quien cree que su tía les tenía envidia y durante la larga agonía de su abuelo, padre de "La Quintrala", la convivencia empeoró.
"Ella daba órdenes para que lo cuidáramos, pero nunca aportó con nada", indicó la dentista, quien rememoró que en una oportunidad María del Pilar ahorcó a su hermana porque la madre de ambas le dio el arriendo de un local. "Si mi papá no la salva, la historia habría sido otra", señaló.
Entre las pataletas de "La Quintrala", Belén contó que, de puro mala, una vez le rompió la chapa al furgón en que su papá repartía pan, y otra en que le rayó con spray el auto a su pololo Diego.
"Cuando mi abuelo falleció la cosa fue insoportable. Ella nunca quiso firmar los papeles para la herencia y siempre quería más de lo que le correspondía. Pensamos en dárselo todo, por nuestra tranquilidad mental", aseguró la joven.
Para rematar las locuras que le achaca a su tía, Belén relató cómo María del Pilar Pérez se quedó excluida del matrimonio de su hijo Juan José, quien era su regalón y la luz de sus ojos.
Según el testimonio de la odontóloga, mientras discutían sobre qué flores usarían para adornar la iglesia, "La Quintrala", de puro celosa, le pegó a su nuera con un mortero en la cabeza y la empujó por la escalera.
Cuando la mujer terminó de caer los tres pisos arrastrándose por los escalones, para más remate la agarraron los perros y le mordieron las piernas.
"Al igual que a mí, a Montserrat la salvó un ángel", aseguró Belén, quien detalló que porque Dios es grande un transeúnte escuchó los gritos de dolor de la nuera y se metió al domicilio de Pérez para rescatarla.
"Finalmente, Juan José para su matrimonio contrató guardias privados que estaban de civil", sostuvo la profesional. La idea de la camuflada seguridad era que mantuvieran a raya cualquier volada violenta, por si la celosa suegra se aparecía de paracaidista en la ceremonia.
"Ahora a Juan José lo considero mi hermano mayor. Comemos juntos frecuentemente", remató la testigo, quien cree que tras la serie de incidentes su primo volvió a acercarse a la familia y definitivamente le dio la espalda a su mamá.
Por el ataque a la nuera Pérez también enfrenta cargos en este juicio por el delito de homicidio frustrado.
DEFENSA SE LA JUEGA CON TEORÍA ALTERNATIVA
Claudio Soza Zamorano, el "tata" al que en un principio le achacaron el doble homicidio de Providencia y que luego fue absuelto, concurrirá a declarar en el juicio oral contra "La Quintrala" y Mario Ruz.
Fuentes judiciales detallaron que Soza Zamorano parlará sobre lo que le tocó vivir tras el crimen del arquitecto Francisco Zamorano -cónyuge de María del Pilar- y la pareja de éste, el tecnólogo médico Héctor Arévalo.
Soza confesó el delito y estuvo 15 días en cana. Al tiempo se retractó, adujo que fue inducido por unos policías y lo absolvieron. Soza no puede ser enjuiciado dos veces por el mismo delito.
En sus alegatos de ayer, los defensores de Pérez y Ruz plantearon una especie de teoría alternativa, con el objeto de ganar puntos en el juicio. Recordaron que Soza llamó a Carabineros el día del crimen y que Arévalo tenía miedo de ciertas personas.
ARQUITECTA ES TAN "CÁLIDA" COMO EL HIELO
Tímidas sonrisas mostró ayer en el juicio oral María del Pilar Pérez López, más conocida como "La Quintrala".
La arquitecta se mantuvo casi todo el tiempo observando y casi sin moverse al lado de sus defensores públicos.
En su primera salida desde la zona de transición a la sala de audiencias, María del Pilar mantuvo una postura como "alejada del mundo" y confiada en su inocencia, que rejura contra viento y marea.
A la vuelta de la primera pausa de la jornada, Pérez López se rió un poco, eso sí, igual de "cálida" como el hielo.
Cuando le preguntaron si quería declarar, se acogió a su derecho a guardar silencio -tal como lo hizo Ruz- y en el testimonio de su sobrina María Belén Molina, la miraba de lado sin inmutarse.
Apareció con pelo rubio teñido hasta las raíces, jenas, chaleco blanco con cuello de tortuga y chaqueta azul.
FISCALÍA CALIFICA DE "VILLANOS" A PÉREZ Y RUZ
"Es un juicio muy atípico o muy poco común, que tiene como característica ser muy parecido a un libreto de un buen libro de terror, sí su señoría, a un libro de terror y en el desenvolvimiento de los hechos y en el desarrollo de las historias, verán ustedes cómo irán apareciendo sucesivamente villanos, víctimas, héroes y personas que ayudan a unas u otras personas y además, el desarrollo enmarañado de una historia compleja y difícil de desentrañar".
Con estas portentosas palabras el fiscal Rodrigo Lazo, uno de los tres persecutores que ayer estuvieron presentes en el juicio, calificó en el alegato de clausura a la arquitecta María del Pilar Pérez López y el contratista y maestro de obras José Mario Ruz Rodríguez.
En el crimen contra la familia Molina Pérez, donde murió Diego Schmidt-Hebbel, el fiscal Lazo expresó que se trata de un crimen "fruto de la maldad humana más difícil de entender".
Lazo señaló en la sala del Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, que "precisamente señorías, estos son los villanos de esta historia, los acusados, personas que no se detienen ante nada y ante nadie por causar daño".
Sobre Ruz indicó que "es capaz de asesinar por recibir recompensa por ello y la otra persona, la acusada Pérez, es capaz de mandar a matar y pagar por ello".
El hombre de la Fiscalía Oriente añadió que "La Quintrala" se encargó "de encomendar el asesinato de su núcleo cercano sanguíneo más directo: Su madre, su hermana, su sobrina".
Su colega Carlos Gajardo señaló, en una de las pausas en el juicio, "la manera que se llevaron a cabo los tres homicidios, la frialdad con que se cometieron son de los hechos más deleznables que hemos conocido en la Reforma Procesal Penal y, es por eso, que las solicitudes de penas son las más altas".
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