Con el pechito así de abultado, más aún de lo que nos tiene acostumbrados, Matilde Bonasera, bife de tomo y lomo, festejó la humillación de los ottos a los brasucas .

“En mi calidad de argentina, siento a los brasileños como nuestros enemigos futbolísticos por excelencia, ellos son nuestros hijos”, soltó la platinada, quien igual estiró la trompita para decir que “lamento que no hallamos sido nosotros los que dejáramos a Brasil fuera de la final, hubiera sido rico, ¿no?”.

-Totalmente, Matilde, y ¿cómo la verán los de Sabella ante Holanda?

-Bien, vamos a luchar harto sí, porque los holandeses son rudos.

-¿Apretará los glúteos?

-Y sí, pero igual, apretadito a veces es más rico... el triunfo. ¿Qué te imaginás?

-Y nada, bella.

-Pero igual vamos a ganar, porque a los holandeses ya le ganamos un Mundial, en 1978. ¿Querés que te diga algo? La mesa está servida para Argentina campeón mundial.