El verano no es sólo sinónimo de playas y falditas cortas. Para todo usuario del Metro es también el inicio de una temporada en que el sudor corre por todo el cuerpo al estar en las estaciones, y para qué decir dentro de los vagones. Allí, las altas temperaturas se funden en un buqué similar al de un camarín en el segundo tiempo.

Metro de Santiago, como una forma de mitigar "la calor" en el pategoma, ideó su programa "Verano 2011" , con el que pretende dejar las estaciones más parecidas al polo norte que a un clima tropical húmedo.

La nueva joyita será un grupo de "mega ventiladores" que se instalarán en las estaciones La Moneda, Los Héroes y Universidad de Chile, y que esperan bajar la temperatura entre 3 y 5 grados celsius en la hora punta de un día laboral.

La inversión total de estos vagones llegó a 640 millones de pesos y se instalaron en esas estaciones, porque son las más calurosas.

Lo que hacen los ventiladores es tratar de sacar el aire caliente desde el interior de las estaciones hacia la superficie, y así mantener la temperatura un poco más baja.

Según Roberto Bianchi, gerente general del Metro, en las próximas semanas se contará además con ventiladores con nebulizadores (esos mansos armatostes que lanzan un agüita pegajosa) y con climatización centralizada en algunas estaciones con locales comerciales.

Respecto al calor que existe al interior de los vagones, por ahora sólo se implementará la llamada "ventilación natural", que consiste en reemplazar las puertas entre vagón y vagón por rejillas que permitan el paso del aire.

O sea, los loquitos que estén cerca de la puerta tendrán más viento y los del diome seguirán sudando la gota gorda.

Bianchi aseguró que por el momento no pondrán aire acondicionado en las estaciones porque sale muy caro.

"Son sólo 14 estaciones las más calurosas y sólo 15 semanas al año en que ocurre todo esto. La inversión sería muy grande, cercana a 800 millones de dólares y obligaría a subir las tarifas en un 20 por ciento", verseó el hombrón. Así que por ahora hay que puro comprarse un abánico.