Como diría el gran Américo, ¡qué levante la mano! el que no ha tenido alguna pilcha regalona y que la usa todo el tiempo, aun cuando se le está cayendo a pedazos.

Al parecer, el fenómeno del apego a la ropa o calzado es transversal, y no depende de cuántos ceros tiene el sueldo, pues hasta las billeteras con más lucas han sido sorprendidas con alguna prenda llena de agujeros por el exceso de posturas.

Uno de los casos más memorables ocurrió en 2009, cuando el ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Paul Wolfowitz, visitó una mezquita en Turquía y al momento de sacarse los tatos dejó la crema entre los apóstoles de la prensa.

Y la tole tole no fue porque sus patas eran más fuertes que el amor de madre: Dos papas asomaron insolentes y convirtieron a su portador en el hazmerreír mundial.

Es muy probable que los urgentes llamados del Presi a "abrocharse el cinturón" calaran hondo en el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

El único drama es que tanta petición de austeridad le pasó la cuenta al secre de Estado y le hizo pasar la tremenda plancha.

Durante el lanzamiento de la Agenda de Impulso Competitivo, que se realizó el martes pasado, Larraín se dejó caer en La Moneda con unos zapatos más gastados que los del Chavo del Ocho.

Habría pasado piola si no fuera por un camarógrafo que le captó in fraganti los agujeros que delataban el prolongado uso (y abuso) del calzado ministerial.

Larraín se tomó el incidente con cualquier soda e incluso tiró la talla cuando lo llamamos.

"Gracias al incidente, me han llegado al correo muchos ofrecimientos de zapatos, incluso, me han ofrecido zapatos usados", dijo risueño.

- ¿Qué le pasó?

- Tengo tanta pega que no me di cuenta de los agujeros en los zapatos... Fue una combinación de mucha pega con distracción, pero a cualquiera le puede pasar. Por suerte, es un agujero superficial y no se alcanza a ver el calcetín.

- ¿Son los regalones?

- ¡Por supuesto! Son los zapatos más cómodos que tengo y les doy duro.

- ¿Cuántos años tienen?

- Los tengo hace cualquier tiempo... más o menos tres años.

- ¿Y qué va a hacer con ellos? ¿Se van a la basura?

- No tengo claro todavía si los mando a arreglar o no.

- ¿No se enojó con las tallas?

- No, me parecieron simpáticas. Me lo tomo con humor.

La odisea del caporal de Hacienda tendrá hoy un final feliz, porque Roberto Fantuzzi, presi de Asexma, le regalará tatos chinos.

La idea es que Larraín vaya al discurso del 21 de mayo y "no se note pobreza".

Fantuzzi explicó que son chinos porque "con la caída del tipo de cambio cada vez es más difícil encontrar fabricantes nacionales".