El mito de los "tatuajes malditos": cuando duran más que el amor

La semana pasada, dos fotografías en Facebook se viralizaron a nivel mundial, generando diversas reacciones.

La primera foto, era de una enamorada joven mexicana que se tatuó el apellido de su novio sobre la ceja como símbolo de su amor. En la segunda, se veía a la pareja de esta chiquilla, quien realizó la misma "prueba de amor" y se tatuó el apellido de ella en la misma zona.

En cuanto se colgaron las fotos, generaron una inmediata ola de comentarios, críticas y especulaciones. Mientras algunos felicitaban a la pareja por la valentía en demostrar su amor, otros se preguntaban qué harían si la relación llegaba a su fin.

Amor imborrable

Lo ocurrido con estos jóvenes muestra una tendencia muy popular en fechas cercanas a San Valentín: tatuarse en pareja, como forma de demostrar que su amor es tan difícil de borrar como el dibujo con el que marcarán su piel.

"Hemos tenido las solicitudes más insólitas, pero lo más común es querer tatuarse el nombre de la otra persona o las iniciales de cada uno. También eligen figuras que le gustan al otro, como un gatito o un perrito, y si a ella le gusta el gatito, se lo tatúa él, como una forma de mostrar su amor, y viceversa", explica Daniela Cortés, conocida como "Lala" en el mundo de los tatuajes, y que formará parte de la Comic Ink 2018, que se realizará en junio en la Estación Mapocho.

Sin embargo, los expertos aseguran que esta opción, por muy romántica que parezca, no es un regalo muy conveniente para el ser amado. ¿La razón? De acuerdo a la experiencia de distintos especialistas de la tinta, el tatuaje suele ser más duradero que el amor que se tenían.

La maldición

En promedio, los enamorados tardan cerca de tres meses en mandar a volar a su ser amado luego de rayarse la piel. Esto ha llevado a que entre los tatuadores se hable de "la maldición del tatuaje de a dos".

"En esta fecha llegan muchas, pero muchas parejas, pero para ser sincera, son más los tatuajes de parejas que he tenido que disolver y cubrirlos", confiesa "Lala".

La tatuadora asegura que ella y sus colegas tratan de convencer a las parejas de que se realicen algún tipo de diseño más neutro, algo que los identifique, pero por separado, para no tener que enfrentar luego el hecho de que no les guste o que tengan que borrarlo por una posible ruptura.

"Tenemos la experiencia de que la mayoría de las parejas se separa tras la decisión de hacerse un tatuaje en conjunto y borrar un tatuaje puede ser muy desagradable, ya que son por lo menos tres sesiones de láser. La otra opción es taparlo, realizando otro diseño sobre el que ya existe. Por eso tratamos de persuadir para que después no se arrepientan, y porque creemos que ya es casi de mala suerte querer tatuar su amor", asegura.

Exorcizar la mala tinta

Como un tatuaje es algo que se lleva para toda la vida, la idea es que si se va a realizar uno en conjunto con la pareja, opte por un diseño más neutro y que no aluda de manera explícita al ser amado.

"Regalar un tatuaje es algo que puede ser muy original, y no amarra a dos personas ni a un compromiso, ni a tener que llevar algo en la piel de lo que luego se arrepientan", dice "Lala".

Así fue el caso de Ornella Miranda, quien señala que "jamás me tatuaría un nombre. Aunque yo tengo un tatuaje con mi ex, ambos lo tenemos, es la frase de una canción. Es la relación más linda que he tenido y jamás me arrepentiré (del tatuaje)".

La joven, que actualmente vive en España, asegura que "jamás he pensado borrármelo, él fue mi gran amor y por más lejos que vivamos, sigue siendo la persona que más me apoya. Además que no lo veo como una 'marca', pues es algo que a mí también me representa y me gusta. Al final, de eso se trata", cierra.

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