En la azotada localidad de Dichato, Moisés Soto pasa por las calles con el pecho inflado de puro orgullo. Y no es pa´menos, pues inventó un copete capaz de levantar a cualquier guerrero caído.

El dueño del "El Ranchito Criollo" se aburrió de que los comensales pasaran empanadas y pailas marinas con vinito y bebida.

Por eso, puso a trabajar el mate y cachó que podía apelar a las bondades del mar para sacar del sombrero algún copete tradicional, pero que a la vez fuera único en su especie. Así nació el ponche de mariscos.

"Un amigo que es hombre rana me enseño a hacerlo. Me di cuenta de que esta era una oportunidad de negocio y decidí darle un toque más industrializado", dijo el hombrón que ahora se hace el pino con la venta del preciado copete en botella.

"Tenemos el ponche de piure, el de erizo y el de picoroco. Son nuestros tragos estrellas y tienen fama de ser afrodisíacos", sumó el macho alfa.

-¿Qué le dio por ponerlos en botella?

- Había que sacarle provecho a un trago tan popular. La botella tiene un diseño, un logo, una leyenda entorno a ella. Mucho marketing.

- ¿Y es fuertón? Me tinca que un pencazo de esos te deja como estropajo...

- Al tercer vaso usted ya queda hablando con la lengua anestesiada y medio en inglés.

-¿Cuál se lleva más la barra?

-El ponche de piure.

BENCINA DEL AMOR

Según lo que soplaron al diario pop, cada vez que se vende una botella del oceánico brebaje hecho a pulso por los caporales del "Ranchito Criollo", la gallada duerme con algodones en las orejas. Dicen que el boche de los curahuillas despierta hasta las piedras de Dichato.

Moisés asegura que en un solo día hasta 30 botellas se venden al interior de la picada y a los hospedados en su hostal "Don Moisés". Cuentan que al otro día no pueden ni ponerse las zapatillas por lo arrugado de los dedos.

"Este trago viene con malicia de mi cosecha. Le puse coñac, esencia de vainilla, crema de batir y otras cositas. Es afrodisíaco por excelencia y en el verano los gringos que llegan a Dichato repletan el local en busca de una botellita para hacérsela chupete".

-¡La pólvora del amor ahora viene embotellada!

- Los vecinos me cuentan: "Don Moisés, me llevé la botellita y me fue bien con mi señora. Funcioné tiquitaca".

-¿Y cuál es el próximo paso, capo?

-Estamos postulando a unos fondos para comprar la máquina que pone los corchos a la botella. Por ahora lo hago yo con un pequeño martillo. Es un producto 100% artesanal.

- ¿Y muestras gratis no tiene para los apóstoles?

- Sí, claro, pero pasa las lucas primero, fresco.