Mujer confesó que mató y enterró a marido ¡hace 15 años!

El 12 de octubre de 1994 fue el último día que se vio con vida a Samuel Rivera Hidalgo. El obrero de la construcción, de 23 años, conocido como "El Polilla" o "El Gato", desapareció sin dejar rastros.
En ese entonces, su esposa, Ximena Burgos, presentó una denuncia por abandono de hogar y lanzó una teoría que se encargó de difundir entre los vecinos. Le contaba a quien se le cruzara por delante que su marido se había fondeado lejos de Santiago, porque tenía problemas con drogas, y del pobre nunca más se supo.
La rutina continuó en la casa de calle Los Bellotos, de El Bosque. A los dos hijos del matrimonio con "El Polilla", Ximena sumó tres niños más que tuvo con una nueva pareja y nunca más se habría sabido del desaparecido si no fuera por un zapallazo de uno de los dos hijos de ambos, la noche del viernes pasado.
Fernando intentaba arreglar una cañería rota que dejó el piso de la casa para la corneta, cuando en una habitación el suelo cedió y apareció un forado en el radier. El muchacho intruseó en el hoyo para ver cómo cresta lo iba a reparar y descubrió algunos huesitos.
Según su prima Rosa Riveros, Fernando le habría dicho en ese momento a su polola que lo acompañaba: "¡Éste es mi papá!".
Con la certidumbre de que había encontrado el cadáver de Samuel, metió las osamentas a una bolsa de plástico, dio cuenta del hallazgo a Carabineros. Luego el tribunal correspondiente determinó que personal de la Brigada de Homicidios de la PDI llegara a la casa para interrogar a la principal sospechosa.
Primero Ximena Burgos (39) reconoció que las osamentas encontradas pertenecen a su marido. Luego confesó que lo mató junto a su primo, Miguel Ángel Burgos (43), con quien entonces mantenía una relación sentimental.
Los amantes malditos precisaron que estrangularon a Samuel Rivera con una polera y que luego lo enterraron boca abajo bajo el piso de una habitación de la casa.
"Según los antecedentes que manifiesta la señora, ella era hostigada por el marido y participa el primo, donde se produce una relación sentimental y en base a eso se habrían puesto de acuerdo para matarlo", indicó el subprefecto de la Brigada de Homicidios de la PDI, Guillermo Muñoz.
MALACUE
El plazo de la prescripción del delito de parricidio es de 15 años. Lamentablemente para los involucrados se descubrió el crimen a menos de tres meses de la impunidad.
HASTA HIZO UN MAPA: LUCHITO SE LAS MANDÓ COMO INVESTIGADOR
En la Villa Cóndores de Chile, El Bosque, la gente casi no se cambia de casa. Los jóvenes las heredan de sus padres o les remodelan una habitación y se las arreglan para vivir de la mejor manera posible.
En calle Los Bellotos todos se conocen. Muchos son familiares. Luis Ibarra (44) creció con el hasta ahora desaparecido Samuel Rivera.
El compadre, que estaba ojo al charqui afuera de la casa que era periciada por la PDI, contó que su amigo era un buen tipo. Y que nunca compró el cuento de que se hubiera mandado a cambiar de un día para otro, "porque quería mucho a sus hijos".
También recordó cuando compartía las pichangas del fin de semana con Samuel en el club Adán Godoy. Sabe que los huesitos son de su amigo, y espera que se haga justicia.
ÁGIL. Luis Aguilera ha sido vecino toda la vida de los protagonistas del drama. El compadre reporteó todo el accionar de los detectives y, a pesar de que tiene problemas motrices, se mandó un mapa del sitio del suceso digno del mejor perito. También prestaba escalera para cachar el trabajo policial. ¡Grande!
"GATO CHICO", EL HÉROE PROVIDENCIAL...
A Fernando Rivera (en la foto 3) le dicen "Gato", igual que a su papá. Es por los ojitos celestes que heredó de la víctima. El muchacho conoció apenas un par de años a su viejo. No guarda mayores recuerdos de él. Por lo mismo quería que se supiera la verdad.
Lo único que se limitó a decir sobre el caso, que tiene a su mamá y a su tío tras las rejas, es que "no quiero hablar porque a cualquiera le complicaría hacerlo".
Al momento de formular la denuncia, sospechaba que su madre podría estar relacionada. Antes de ir a Carabineros visitó a su abuela materna para pedirle consejo. La anciana le dijo: "Usted ya es hombrecito, así que sabrá lo que tiene que hacer".
Rosa, su prima, contó que "no decía que era su mamá, porque sabía que ella fue".
Sebastián Foncea M.
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