El Copihue de Oro es una fiesta que nadie quiere perderse y donde las estrellas sacan sus mejores pilchas para poder lucirse. Pero en la edición anterior, el 2 de diciembre pasado, fue un maestro de la gesticulación el que se robó toda la película.

Se trataba del mimo Kinki, quien recibió, a punta de bromas y perfectas imitaciones, a los famosos que se paseaban por la alfombra roja más importante de Chile. Un luminoso personaje que se transformó en rockstar ese día y que en la madrugada de ayer perdió la vida.

Francisco Javier Ibarra, de 24 años, falleció pasada la medianoche tras sufrir un accidente de tránsito en la comuna de Villa Alegre, Región del Maule.

El joven fonoaudiólogo iba en una moto Susuki negra camino a su trabajo en la discoteque Deja Vu, cuando, según información policial, fue chocado por detrás por un Hyundai color blanco, cuyo chofer arrancó tras el fatal accidente.

Personal de Carabineros llegó al lugar tras recibir una llamada anónima, pero el joven ya se encontraba muerto.

Detrás del personaje que le sacaba sonrisas a chicocos y grandes había un ser humano ejemplar. El fonoaudiólogo de la Universidad del Bío-Bío (se había recibido hace un mes) complementaba su profesión con su oficio para ayudar al resto.

"De chico que a Francisco le gustaban mucho los payasos, por eso que se interesó en ser mimo. Le gustaba disfrazarse para entretener a la gente y también para ayudar. Le gustaban mucho los niños", contó a La Cuarta Mauricio Godoy, jefe y amigo de la vida de Ibarra.

Godoy añadió que mientras el joven estudiaba, por medio de pasantías y su práctica, se dedicó a ayudar a niños sordomudos y con problemas de lenguaje. También participaba constantemente en actos de beneficencia y hacía talleres en conjunto con la Municipalidad de Chillán, ciudad donde vivía.

Hace más de un año se encontraba soltero y, según sus amigos, era “sano y deportista”.

Fueron su talento y entusiasmo los que lo llevaron a participar en la alfombra roja del Copihue de Oro, donde le tiró la talla a cuanto personaje pasó.

Godoy señala que su amigo catalogaba su paso por la fiesta popular como una de sus "mejores experiencias y que estaba muy feliz y agradecido de la oportunidad que le habían dado".

Intentamos conversar con su familia, pero esta se encontraba sumamente afectada por la pérdida y prefirió no hablar.

La Cuarta, el diario que conoció de cerca el inmenso talento y solidaridad de Francisco, les envía las condolencias. ¡Fuerza! Su alegría será eterna.