Luego de un julero paso por Europa, Nicolás Castillo regresó a la Cato pa' reencontrarse con su mejor versión futbolística. Con apenas 23 años, el "Nico" aportó su experiencia desde el primer minuto en el team de Mario Salas.

De cabeza, ñurda y derecha, desde afuera del área, entre los centrales rivales y desde los doce pasos. Ninguna definición ni lugar de la zona ofensiva se salvó de la efectividad goleadora del oriundo de Renca. Un crack de selección.

Así al menos lo pensó Juan Antonio Pizzi. El deté de la Roja que apenas se chantó el terno de estratega llamó al pepero cruzado pa' sumarlo al equipo nacional.

SANGRE FRÍA

La certera definición de Castillo, frente a Sergio Romero, en la tanda de penales en la final de Copa América Centenario, marcó un antes y un después en su carrera. De paso, entró a la historia grande del peloteo criollo.

Con la misma sangre fría con la que abrió el camino del triunfo ante los che, Castillo definió jugadas claves durante el Clausura. Apertura, Copa Chile y Supercopa. La "U" y Colo Colo, clásicos cruzados, sufrieron también con su capacidad.

Goleador del Clausura con 15 goles, el "Nico" se repitió el plato en el Apertura (con 13 goles). De esta forma cerró un año inolvidable.