A 6 años de la puesta en marcha del Transantiago, un sesudo estudio efectuado por la Universidad Católica demostró que el vilipendiado Transantiago es más cachilupi en velocidad y tiempo de traslado que varios sistemas públicos de movilización en Latinoamérica. Y no es talla.

El estudio encargado por el Ministerio de Transportes comparó al batiplán con los sistemas de   Guadalajara, Ciudad de México, Lima, Porto Alegre y Bogotá.

En cuanto a la velocidad, el Transcacho presenta viajes más rápidos y supera a todas las ciudades, excepto Bogotá. La gracia de esto la tienen los buses superexpresos: las micros que van desde Maipú a Vitacura a través de la autopista.

Otro punto positivo es que al comparar viajes largos desde distintas partes de la capital, tienen casi la misma duración. Esto se debe al sistema integrado entre Metro y micros, que ofrece a los usuarios múltiples opciones de viaje.

GUATEO

Pero hay aspectos en los que está guateando el sistema. Los tiempos de espera en los paraderos son superiores en Santiago que en las otras ciudades del estudio, debido a la baja frecuencia de los alimentadores y servicios irregulares. Aquí hay que esperar aprox 9.7 minutos, mientras que el promedio es de 6.6.

También está fallando en las caminatas que se tienen que pegar las personas todos los días, ya sea para llegar al paradero o para hacer las combinaciones. Santiago y Ciudad de México tienen los niveles más altos, con 13 minutos de caminata en promedio.

“Se ha invertido poco en el Transantiago y en los corredores de buses. Se requiere prioridad en el tema”, chantó Juan Carlos Muñoz, el investigador principal del asunto.

Según los mateos, se requiere mejorar la red alimentadora para que a los usuarios no les salgan raíces esperando una micro.

Agregan que hay que mejorar los recorridos y distancias de paraderos, para no tener que caminar tanto en busca de uno.

Patricio Pérez, coordinador del Transantiago, apuntó que “este estudio nos da elementos para mejorar un sistema de transporte integrado con el Metro”.

BOGOTÁ

Santiago y Bogotá son ciudades que tienen dimensiones parecidas. Pero ellos son más vivarachos. No tienen Metro, pero sí el “BRT”, buses expeditos que se detienen cada cierto tramo, con boleterías en los paraderos y cubren 200 kilómetros en la ciudad, versus los 100 km del Metro en Santiago.