Al cumplirse treinta días desde que iniciaron una huelga de hambre, tres alumnos del Liceo A-131 de Buin radicalizaron su protesta y pasaron a huelga seca, es decir, bajarán paulatinamente la ingesta de líquidos, como una forma de presionar al Gobierno en pos de sus demandas por una educación gratuita y de calidad.

La nutricionista de la Clínica Cordillera, Francisca Delpín, alertó sobre las consecuencias que puede acarrear esta decisión.

"Entre 5 y 10 días es el plazo máximo que tienen los estudiantes de Buín para deponer la huelga de hambre seca sin tener que lamentar consecuencias graves e incluso fatales”, dijo la profesional.

La experta aseguró que los estudiantes pueden afrontar complicaciones como la baja de defensas, nauseas, vómitos, dificultades en la concentración, mareos y cambios de temperatura, entre otros.

Al perder el diez por ciento de agua corporal, se avanza hacia espasmos musculares, confusió y anormalidad en la circulación sanguínea.

"Si se avanza más allá de la perdida del 20% del líquido corporal, el problema se complica debido a que surgen los dificultades renales y lo más grave es que baja el volumen sanguíneo, provocándose un colapso cardiovascular que puede conducir a la muerte”, agregó la especialista.

“Aunque ellos cuenten con monitoreo médico, el ayuno es una forma de presión demasiado riesgosa y sobre todo agresiva para el organismo”, remachó la profesional.

APOYO

Durante la mañana, un grupo de conocidos artistas se tomó el recinto de la Unicef en Santiago para demandar una solución para los estudiantes en huelga de hambre.

Sol y Lluvia, Schwenke y Nilo, Banda Conmoción y Roberto Márquez, de Illapu, entre otros ocuparon el edificio

"Los estudiantes han tomado cartas en un asunto que debería ser un problema de toda la sociedad", dijo Márquez y pidió que la comunidad internacional se meta al baile.