Es en la Región de O'Higgins donde se gana los porotos el popular Aladino Larenas, bautizado por la gente de la zona como "El rey de la ojota" por su singular trabajo.

El titán, de 60 años, dejó atrás la silenciosa localidad de Zúñiga, donde era uno de los personajes típicos de la zona, perteneciente a la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, para instalarse con camas, petacas y ojotas en el Pueblo de Indios, un asentamiento rural donde nadie apura.

"El rey de la Ojota" es un personaje lleno de historias. Se ha recorrido Chile de norte a sur gracias a su trabajo y, actualmente, es candidato a ser declarado "Tesoro Humano Vivo", como un artesano destacado de la Sexta Región.

Con más de 35 años en el oficio, dice que anualmente confecciona cerca de 300 pares de ojotas y que sus creaciones están repartidas por todo Chile y el mundo.

PURO ESTILO

Para confeccionar sus productos encarga neumáticos que pasaron a mejor vida (su material principal) a las vulcanizaciones de San Vicente de Tagua Tagua. "Deben ser de camión, porque las otras no sirven", explicó.

Eso sí, su aprendizaje no fue papaya, pues estuvo en la cárcel y encerrado aprendió el oficio de zapatero, donde comenzó a tirar para arriba con las ojotas.

- ¿Cómo nace "El rey de la ojota"?

- Recorrí el país y no encontré a nadie más que hiciera esto, entonces me preguntaron cómo te ponemos, pucha dije yo, si está el rey del choclo, el rey de la empanada, el rey del mote con huesillo, y yo soy el único en esto, tengo que ser el Rey de la Ojota.

- Hay una historia de superación detrás de esto...

- Hay una historia bonita y de familia. Yo tengo una familia muy bonita que no la tiene nadie. Uno en la juventud pasa muchas peripecias, pero la mujer que encontré ha sido el pilar fundamental para yo ser lo que soy.

- ¿Cómo ve el Aladino de antes y el de hoy?

- ¡Uh! La gente que me conoció y me ve ahora queda asombrada, es un cambio de 180 grados.

- ¿Hay ojotas suyas en todas partes del mundo?

- Hay unas en un Museo de Nueva York, esas las llevó la periodista Ingrid Sufán. Me siento orgulloso porque hay ojotas en España, Bélgica, Suiza, Holanda, Alemania y también en ciudades como Atlanta y Miami.