Ovejera Pachita no es burra y echa la foca a perros vagos

Desde que el hombre empezó a forjar la historia, le creó una pésima fama a los burros: su nombre es sinónimo de torpe y estúpido.
Cansada de tanto basureo, la valerosa “Pachita”, de virginales 2 primaveras, quiso limpiar la honra de sus peludos hermanos a punta de desinteresado heroísmo.
Sin necesidad de capas, superpoderes o una inmensa fortuna, la burrita a diario arriesga su vida para salvar a rebaños de ovejas y corderos de las hambrientas fauces de perros y zorros en el sector El Bronce, cerca de Pichilemu.
Hace dos meses que “Pachita” se gana el pasto con la sacrificada labor de espantar a los depredadores, que no respetan ni siquiera a los corderitos recién paridos, los que antes de su presencia, eran masacrados sin piedad y con total impunidad.
La más contenta con la “Súper Burra” es su dueña, Alicia González, quien cada año perdía 10 a 12 animalitos a manos de jaurías de perros salvajes, lo que le afectaba ene en su calidad de pequeña agricultora.
“Me siento más confiada con ella, porque yo sé que están más protegidas las ovejas, porque sé que no entra ningún perro, ella no deja entrar ningún animal”, dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Por otro lado, “Pachita” es una guardiana súper barata, ya que a diferencia de los expertos perros pirineos, que en puro manye se embuchan alrededor de 150 lucas mensuales, la burra sólo engulle pasto y forraje.
Su dueña la define como un animalito 4 B: burra, buena, bonita y barata. Además, resalta su capacidad de adaptación y docilidad, ya que con los humanos es súper mansita e incluso come forraje de la mano, mientras que con los depredadores es una auténtica fiera.
Hasta el momento, “Pachita” sólo vive preocupada de cuidar a las ovejitas como una verdadera pastorcita, ya que aún no aparece un dotado macho que le haga tilín.
Desde abril, que en las zonas agrícolas de la provincia de Cardenal Caro, Región de O’Higgins, se implementó el uso de burros y llamas guardianes, los que se encargan de echarle la choriá a las jaurías de cachupines vagos.
De acuerdo a lo que comentó el gobernador provincial, Julio Ibarra, el plan contempla el uso inusual de estos cuadrúpedos debido a lo económico que resulta.
“Comprar un perro pirineo, que es experto para cuidar ovejas y corderos, cuesta alrededor de 400 mil pesos, en cambio un burro, que cumple las mismas funciones, sólo vale alrededor de 60 mil, por lo que no hay dónde perderse”, dijo. ¡Jijó-jijó-jijó!
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