Luego de una gran temporada en Universidad de Chile, en el año 2000 Pablo Galdames fue vendido al Cruz Azul, equipo con el que al año siguiente disputó la final de la Copa Libertadores.

El camino del primer equipo mexicano en una final por la gloria eterna estuvo bastante difícil. En octavos de final eliminaron a Cerro Porteño, en cuartos fue River Plate y en semifinales Rosario Central, llegando invicto de local a la final. ¿El último rival? El histórico Boca Juniors de Carlos Bianchi, con el que perdieron por penales en la Bombonera.

Han pasado 18 años de aquella final en 2001 y recién hoy otro compatriota disputará la definición del torneo más importante del continente.

"Me pone feliz que un chileno esté en esta instancia después de 18 años. Recuerdo esa noche más allá de perder por penales y de errar un penal. El hecho de estar ahí defendiendo una camiseta tan importante como la del Cruz Azul fue sin duda un momento histórico en mi carrera y ahora le debe estar pasando lo mismo a Paulo", destacó el papá del clan Galdames a La Cuarta.

"Tendrá que defender la camiseta del actual campeón y eso no es menor, es un desafío importantísimo que tiene por delante en su corta carrera", destacó.

Con la espinita clavada

- ¿Qué recuerdas de aquella final en la Bombonera?

Tenía tanta adrenalina, concentración y ganas de jugar que no me di cuenta que la Bombonera explotaba de gente.

- ¿Y del partido?

Ellos tenían la fiesta preparada en la Bombonera porque la final fue el único partido que perdimos de local, pero los sorprendimos y les ganamos 1-0, tuvimos dos tiros en el palo y el partido fue muy abierto para ambos equipos.

- ¿Cómo uno se puede abstraer de esa presión?

Uno cuando es futbolista trata de trabajar el aspecto psicológico de forma individual. Cada uno es distinto y lo vive de distinta forma. En el calentamiento uno debe sacarse los nervios y la ansiedad que se produce por el partido, esa adrenalina, dolor de guata o ese insomnio que significa jugar una final.

Municipal Lampa

Desde el año pasado Pablo Galdames es entrenador de Municipal Lampa, proyecto comunal que busca darle una oportunidad a sus futbolistas jóvenes.

Luego de un gran campeonato en 2019, el equipo se metió en playoffs en un campeonato donde ascenderán 6 de los 8 clasificados.

"Es primera vez en su vida que los chicos van a vivir algo así. Para ellos es su Copa Libertadores y muchos buscan y siguen ese sueño de traspasar fronteras, crecer en el fútbol, ver el deporte como una vía de escape para tener mejor calidad de vida para su familia.

- ¿Cómo han vivido como plantel el estallido social?

Nos ha afectado de forma directa porque nosotros entrenamos de noche. Tenemos un grupo que viene de Santiago y no pueden venir a entrenar. A muchos me los traigo yo, o me los llevo yo, pero en la periferia ha quedado más de alguna embarrada y no hemos podido entrenar con normalidad porque tampoco vamos a correr el riesgo de que les pase algo.