Desde la muerte en el 2010 del niño de tres años, Borja López, que en Chile no se registraba una tragedia similar como la que protagonizó el hijo de dos años de Víctor Fuentes Norambuena, quien falleció porque su padre el jueves lo olvidó en el auto a todo sol con las ventanas arriba desde las 8.00 hasta las 16.15 horas en el colegio donde trabaja, en Ñuñoa.

La fiscalía lo acusó de cuasidelito de homicidio, y en la formalización el administrativo de 30 años se veía destrozado, se lamentaba en silencio y respondía en voz baja las preguntas del juez.

A la audiencia sólo llegaron dos hombres cercanos al imputado a cargo de la tesorería del colegio San Agustín, y ambos sujetos, junto a un gendarme, lo escoltaron hasta la calle, en medio del acoso de la prensa, después que el tribunal determinó su libertad y las medidas cautelares de arraigo nacional y firma quincenal.

Apenas salió de la sala 501 del quinto piso de la torre A del Centro de Justicia, los familiares de un delincuente común insultaron a Fuentes, quien dejó el edificio sin hablar, mientras un grupo de amigos lo esperaba en la acera de calle Pedro Montt. Uno de ellos se limitó a decir que la muerte de un hijo ya era suficiente castigo como para que la justicia lo sancionara.

La abogada defensora, Jacqueline Stubing, manifestó que su representado pensó que había dejado al niño en el jardín, distante a un par de cuadras del colegio, y que cuando bajó del vehículo no se dio cuenta que quedó en el asiento infantil del auto, el cual tenía las ventanas traseras cubiertas por una protección oscura para evitar que el sol molestara.

Stubing también informó que el imputado tiene dos hijos más, uno de 15 años y otro de cinco meses, por lo que necesitaría vivir el duelo sin el apremio de la justicia para seguir al cuidado de los menores, además contó que la esposa de Fuentes le pidió que lo ayudara y afirmó que no había problemas entre la pareja.

La defensora en su relato agregó que en la tarde al volver al auto Víctor incluso se habría sorprendido al ver la mochila de su hijo en el asiento del copiloto, y por un segundo se preguntó por qué desde el jardín no le avisaron que la había olvidado. Luego cuando vio al niño sin signos vitales gritó por auxilio.

ESTRÉS

Otro dato que se supo en la audiencia fue que a veces Fuentes, cuando su hijo dormía, lo dejaba seguir descansando en el auto, pasaba un rato al colegio y cuando despertaba lo llevaba al jardín.

La abogada también se refirió al supuesto estrés que vivía el papá debido a la época del año para un colegio. "Hay que ponerse en los zapatos de este padre que siempre pensó que había ido a dejar a su hijo... hasta ese momento pensó que había cumplido con su rutina. Noviembre es periodo de matricula y por tanto su atención diaria era de 40, 50 apoderados. Los padres estamos expuestos a rutinas estresantes y obviamente nadie quiere que un hijo muera", dijo.

En tanto el fiscal, César Moya, dijo que "las cautelares tienen por objeto mantener cercano el procedimiento al imputado y que pueda ser citado eventualmente a la fiscalía".