El Señor puede llevar por caminos misteriosos.

Ésta es la única explicación válida para el pastor anglicano Pablo Esteban Álvarez (52), quien hace un mes se encontró de sopetón con un semáforo que apunta directo a su casa, en vez de mirar hacia la calle, como deben hacerlo todas esas señaléticas luminosas.

Sí, aunque usted no lo crea, como decía Mr. Ripley, el instrumento eléctrico de tres colores quedó listo para darles verde a los habitantes de la casa con el fin de que salgan a la calle a realizar sus labores diarias.

"Yo creo que esto es una señal divina. Un aviso de Dios que quiere dar luz verde a nuestra iglesia para evangelizar", dijo la autoridad religiosa en talla.

El condoro quedó instalado en la Avenida Chesterton a la altura del 7600, en la comuna de Las Condes. En ese lugar funciona una Corporación Anglicana donde reside el pastor Álvarez.

"En realidad yo no encuentro otra explicación, porque quién va a instalar un semáforo mirando hacia una casa. Por eso yo creo que las señal divina también nos dice que la luz roja significa parar con lo malo que sucede en nuestro país. Como la corrupción", filosofó Álvarez.

ERROR

El pastor se toma la peculiar situación con soda y prefiere chacotear antes de poner en duda la supervisión de este tipo de instalaciones o de considerarlo un error. "Toda la gente de los alrededores me toca el timbre y me dice que el semáforo da para mi casa. Yo les digo que cuando esté operando voy a tener que esperar la luz verde para poder salir de la casa. Si da rojo estoy sonado", chacoteó.

Aunque la señal aún no está operando, La Cuarta se contactó con la muni de Las Condes para obtener una explicación, tal como la exigiría Condorito.

El jefe del Departamento Técnico de la Dirección de Tránsito, Javier Sandoval, subrayó que no existe ningún error "porque  aún el semáforo está en construcción. Cuando entre en operación  será redireccionado".

Agregó que a mediados de diciembre estará tiquitaca cachilupi y en ese momento va a quedar orientado hacia la calle, para que no se produzca un tortazo como el de hace unos días, en Lo Espejo.

Entre tanto, en el palacete de Pablo Álvarez juran que no van a arriesgar una infracción de tránsito ni se pasarán una luz roja para salir a comprar el pan.

Ronald Henríquez M.