Pato puntúo ladra, muerde, lindorfea y se hace el muertito

En Japón los científicos de la Universidad de Osaka crearon un guarén mutante que canta como gorrión; en Rusia existe un burro que vuela en paracaídas y en las últimas horas apareció en Viña del Mar un pato chileno que ladra y muerde.
Francisca Plaza hace un año compró el bicho en luca en la feria Caupolicán y lo bautizó con el nombre de Martín Matías Plaza Meléndez.
Cuando llegó al hogar de Panchita, el plumífero tuvo que acomodarse en un patio donde ya vivía media docena de perros y, entre otros basureos, el pobre pato debió soportar que lo mordieran en patota.
Sin embargo, la convivencia con los coludos también provocó que el pato fuera poseído por las mañas propias de los perros, al punto que hace unos días se agarró a tarascones con el jefe de la jauría.
Debido a la junta con los seis canes, el pato ahora también ladra, mueve la cola y hasta se hace el muertito.
La sicóloga animal Catalina Aguirre dijo a La Cuarta que "los animales hacen lo primero que ven cuando nacen y si el pato se crió junto a seis perros va a actuar como perro. Se trata de una acción de repetición como las personas la tienen en un entorno social", explicó la profesional.
Una situación parecida ocurrió en la ciudad China de Changchung, donde un gato, de tanto escuchar a una cabra chica llamar a su abuela, aprendió a decir "laolao", que significa abuelita. Tal como dijo la sicóloga animal, el gato terminó agarrando papa y además de tutear a la vieja ahora hasta le hace preguntas.
"Cuando despierta y no ve a nadie cerca, el gato pregunta '¿ren nex?x' (¿no hay nadiex?x), y cuando me junto con mis amigas se acerca y dice: '¿gan sha nex?x' (¿Qué están haciendox?x)", contó la dueña del gato.
En el caso del pato de Viña del Mar, su dueña señaló que se comporta como un verdadero perro.
"Cuando pasa cualquier persona y los perros ladran el pato los acompaña y empieza a tirar picotazos. Hay días en los que despierta enojado y se pone a picar a los perros y a perseguirlos por el patio", relató Francisca.
Pero la prueba más clara de que Martín se convirtió en un coludo más de la casa es que anda on fire con una perrita maltés y hace pocos días lo pillaron arriba del peral.
"Ella se llama 'Dulce' y todos los días se encarga de despertar al pato. Él después la empieza a picotear y a tirarle los bigotes, pero ella no le hace nada. Por el contrario, la perrita lo langüetea, le pega con la cola y lo acompaña a caminar. Hasta comparten el mismo plato de comida", contó Francisca.
"El pato no le hace asco a la comida para perros, pero le gusta con ensalada de tomate", agregó Panchita.
Pese a que la sicóloga Catalina Aguirre concluyó que "lo más seguro es que el pato nunca más cambie su comportamiento", su dueña se encuentra buscándole una pata para que el pobre Martín pueda matar la gallina.
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