Cero respeto por los templos de la salud tuvo un osado pistolero que llenó de plomo con una escopeta hechiza a un paciente que se recuperaba en una habitación del Hospital Sótero del Río, en Puente Alto.

Rodrigo Antonio Inostroza Rivera (35) fue trasladado hasta este recinto asistencial en la noche del miércoles 20 de agosto, luego de que unos malandras le dispararan en ambas piernas afuera de su domicilio, en la comuna de La Pintana.

El hombre fue intervenido y se recuperaba satisfactoriamente, hasta las 20 horas del lunes, cuando un hampón acompañado de dos minas llegaron hasta el sector de visitas. Estaba fuera del horario, así que los guardias le cortaron el paso al trío.

Pero no se quedaron tranquilos. Las chiquillas distrajeron a los seguritos para que el pato malo se colara a la pieza. Allí sacó el fierro y le pegó un tiro hiriéndole una mano y el abdomen.

"El hecho ocurrió en el sector de Traumatología, algunos de los perdigones impactaron en la zona abdominal. A raíz de esta situación el paciente fue intervenido y en este momento se encuentra estable dentro de su gravedad", contó el comisario Óscar Alvarado, de la Brigada de Homicidios de la PDI.

Los tres pungas, de los cuales no se tenía pista hasta ayer, se echaron el pollo por la escalera de servicio. Esto causó pánico entre los trabajadores del lugar, pacientes y familiares de estos últimos.

Aislado

Desde la dirección del Sótero señalaron que todo este drama se trató de un hecho aislado, razón por la cual no se abrirá ningún sumario interno para ver posibles yayitas en lo que a seguridad se refiere.

"El hospital cuenta con todas las medidas de seguridad y vigilancia acordes a los requerimientos de un centro de salud. Sin embargo, el ingreso de personas ajenas, como sucedió en este caso puntual, se produjo de forma inesperada y en horario que no correspondía al de visitas", indicó en un comunicado la doctora Elisa Llach, dire del hospital.

Trascendió que Rodrigo Antonio tiene antecedentes por hurto, robo y porte de armas, por lo que no se descarta un posible ajuste de cuentas. La Fiscalía Metropolitana Sur le echará un ojo a las cámaras de seguridad para sapear a los bandoleros, de los que aún no hay pistas.