Muertos de susto quedaron los integrantes de una humilde familia trabajadora de Peñalolén, quienes recibieron la desagradable visita de cuatro chantas que se hicieron pasar por funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) para hacer una mexicana, pero los muy giles se equivocaron de casa.

"Yo los vi muy decididos, todos armados, así que no me atreví a enfrentarlos. Gritaban que eran policías y que les pasáramos la droga, pero nosotros no teníamos nada que ver", relató aún saltón el jardinero José Luis Alvear (48).

"Como nosotros no entendíamos nada y no les podíamos responder por la droga que ellos buscaban, se desesperaron. A mí me pusieron la pistola en el pecho e insistieron con la tontera", agregó tiritón Alvear.

Pese a su violenta irrupción a grito pelado, los polis mulas no pudieron concretar su falso procedimiento, por lo que empezaron a revisar a la mala la sencilla casita.

"Cuando los vi subir a la pieza de mi nieta, me puse histérica y agarré a uno. Le dije que me matara si quería, pero que a mi niña no le iba a tocar un pelo. Fue tan terrible que todavía no he podido volver a dormir", confesó con escalofríos Marta Queulo (65), suegra del jardinero y dueña de la casa donde le arrienda piezas a otras dos familias.

Afortunadamente, gracias a la rápida llegada de Carabineros al domicilio, los verdes alcanzaron a lacear a dos de los cuatro detectives chantas, a quienes pillaron dentro de la casa encañonando a una de las arrendatarias de la suegra.

"La droga claramente no fue encontrada en el interior, no obstante haber sido destruida gran parte de una de las dependencias del inmueble. Sin embargo, encontraron una suma cercana al millón 600 mil pesos que se apropió uno de los imputados", explicó el fiscal Augusto Sobarzo-Legido, quien formalizó y consiguió dejar en prisión preventiva a Lisandro Contreras (24) y Aldo Nilo (23).