"El profe está cambiado, no es el mismo del semestre pasado que era bueno para la talla con nosotros”.

La frase de un jugador del Colo refleja cómo ven ahora a Omar Labruna, quien ya no es el argentino dicharachero que ofrecía un auto si daban la vuelta. El deté del Cacique ha sentido la presión que significa entrenar a un club con tanta resonancia, y desde su atado del choque cambió.

“Ahora todo es más serio, más frío. El ambiente está distinto al semestre pasado. Aunque hemos hecho asados, se nota que hay menos alegría”, cuentan desde adentro del camarín del Eterno.

De todas maneras, la pega es la pega y eso lo tienen claro. “Trabajamos para ganar, jamás se nos ha pasado por la cabeza hacer la cama o algo así. Eso es de muy mala leche”, aclara el crack. Para eso deberán demostrar esta tarde ante Talca que aún están prendidos.

El Colo formará con Lobos; Vilches, Delgado, Domínguez; Fierro, De la Fuente, Baeza y Fuenzalida; Vecchio; Hernández y Muñoz. Uno que podría debutar con el indio en el pecho.