Desde que se hizo famoso al ser grabado durmiendo a pata suelta en dos asientos del metro de Valpo, "Pepe Merval", el perro viajero que recorría desde Limache hasta el puerto principal, encontró por fin un acogedor hogar.

Tras sacarlo de las estaciones del metro, Leonor Zamora y su pololo, lo mantuvieron en su casa en Quilpué a la espera del llamado de un amante de los animales que lo recibiera como su regalón adoptivo.

"Lo teníamos en la casa de forma provisoria, mientras le encontrábamos un hogar. Lo llevamos al veterinario, lo castraron y le dieron un tratamiento por una leve alergia que tenía, pero ya está mejor", explicó Leonor.

Finalmente y tras varios intentos de adopción, el domingo pasado, un porteño que prefiere mantener su identidad en anonimato, decidió convertirlo en su mascota.

"Llamó mucha gente, pero al final siempre había un problema y no se concretaba su adopción. El perro es grande y necesita un lugar con espacio. Este caballero llamó varias veces y le pedimos su dirección y lo buscamos por Google, ahí vimos que tenía espacio en su casa", soltó Leonor.

Ahora el "Amarillo" vive en el cerro Cordillera con vista al puerto, comparte el amor familiar con otra perrita rescatada de las calles y pasa sus tardes tranquilamente mirando el mar.