En prisión preventiva quedó el representante legal de RyP S.A., José Luis Fuentes Tapia (45), quien comercializó la asquerosa leche con bacterias y coliformes fecales, rotulada como apta para el consumo de la barra pop.

El insalubre fue formalizado ayer por atentar en contra de la salud pública y encanó por ser un "peligro para la sociedad", según dijo la fiscal Marisa Navarrete.

"El delito en contra de la salud pública es lo más grave en este caso, sobre todo si hay niños de por medio", dijo con el caracho lleno de rabia la jueza Gloria Miranda González.

La abogada de la Junta Nacional de Auxilio y Becas (Junaeb), María Isabel Sharp, agregó a las acusaciones de atentado en contra de la salud pública y estafa en contra de 54 empresas, que "el imputado obró a sabiendas que la leche llegaría a una gran cantidad de niños, por lo que hay una intención deliberada de perjudicar".

"Epidemia" Fuentes arriesga desde 541 días hasta cinco años por su asquerosa fechoría. Además, la acusación de estafa reiterada podría aumentar en uno o dos grados la pena, por lo que llegaría a las 10 peras y un higo, más una multa de mil unidades tributarias mensuales (UTM).

Hecha una fiera estaba la abogada María Isabel Sharp, quien soltó que "la leche es el principal producto de las raciones que consumen nuestros niños. Para muchos de ellos es la única comida que tienen".

"El imputado vendió un producto que sabía no era para humanos a una institución que trabaja casi en su totalidad con menores",  remachó la abogada.

Está claro que el cochino malhechor no obró solo y la poli le está pisando los talones a los dos secuaces de Fuentes.

De esta manera, se investiga la participación de Francisco Aurelio Ortiz, condenado en 2003 por el caso de las galletas Cómpeta, y quien sería socio de Fuentes.

En 1991 dos peques fallecieron y más de 70 personas resultaron intoxicadas por comer estas galletas de dudosa procedencia.