Indignadas están las fuerzas vivas más conservadoras de Calama por la pileta con forma de cogote de pavo que se erigió en el paseo peatonal Ramírez de la ciudad, ya que -aseguran- es motivo de vergüenza, está seca y, más encima, se ha convertido en lugar de culto para sus fans más acérrimas y uno que otro miti-miti que en la noche va a prenderle velitas.

Los calameños alegan que la fuente inaugurada hace dos años no tiene ni un brillo, es cero aporte y pasa rodeada de perros y gorriones que llegan a tomar un poco de agua, si es que hay. Pero lo que los tiene más amostazados es que definitivamente se parece al cochayuyo con peluca.

Y mirándola bien, los nortinos tienen razón, ya que realmente parece un monumento al cíclope.

"No me había dado cuenta, pero de este lado es verdad que se parece al cabeza de haba, aunque de acá se parece más a un grifo. Tiene toda la forma de la cuestión esa.  ¡Qué feo!", comentó Melissa entera sonrojada.

La pileta que la mayoría encuentra igualita a Troncoso fue diseñada por el arquitecto Roilester Navea y su construcción costó 30 millones de pesos. El profesional asegura que no tiene nada que ver con el boca de pescado, pues se trata del curso del río Loa.

Según los calameños, en la noche llega a dar rabia, ya que funcionarios municipales prenden un sistema de luces que realza las líneas de la obra con forma de canilla de perro.

"Esta cuestión es una ofensa para la ciudad. Hoy día me atreví a mirarla bien por primera vez y tiene toda la forma del cola de león. En la puntita hasta le pusieron cobre por donde saltan los chorritos de agua, igual que el narigón con paperas", dijo Isabel.

"¡Es lo único que nos faltaba, que en pleno centro de la ciudad nos pusieran una pileta parecida al chupete Suazo. Na' que ver!", alegó el Seba.

Entre broma y broma, las viejas señalan que la pileta no tiene arreglo, igual como ocurre con los abuelitos que juegan por el Lazio.

"Fíjese que han tratado de arreglarla todas estas veces, pero no pasa nada, no funciona. Esta cosa no tiene solución. Han tratado de repararla con profesionales de Calama y del extranjero, pero sigue guateando", contó Luisa Mendoza.

P. Marín / C. Godoy