"Me he reconciliado con los lobos marinos. Este era más amoroso que el de Valdivia", contó risueño Sebastián Piñera después de alimentar sin problemas a "Domingo", un ejemplar de 400 kilos que habita en Buin Zoo.

El candidato aún tenía fresca en la memoria la terrorífica experiencia que vivió en 2005, cuando un enorme lobo marino casi lo baja de un puro aletazo de la carrera por La Moneda.

"Lo vi muy relajado. Él sabía que estaba protegido", aseguró el dire del recinto, Ignacio Idalsoaga. Por eso mismo se paseó de lo lindo, hasta con sus blondos nietecitos, para conmemorar el día de los animalitos.

El candidato juró que en su gobierno se va a "implementar de la mejor manera la ley de protección animal. Quiero que nuestros nietos puedan conocer un cóndor volando por el cielo".

Tatán, con la mejor de las caras, le llenó la boca a cuanto animal pasó por su camino. Manzanitas a las ovejas y alfalfa a las cabritas.

Tanto fue el entusiasmo que produjeron los hermanos menores en el presidenciable que quiso que sus nietos también los conocieran de cerca. Y no encontró nada mejor que llevar a la menor de sus nietas, Antonia de 2 meses, y ponerla cerca de los filudos cuernos de las cabras. "¡Cuidado papá!", gritaba desesperada su hija Cecilia.