150 pingüinos descubrieron que existe algo peor que quedarse sin playstation o que se le raye un disco de Justin Bieber: ¡volver a clases y en pleno verano!

Hace dos semanas a los lolos del Liceo Bicentenario Instituto Cumbres de Cóndores, de la comuna de Renca, se les vino el mundo abajo.

Una llamada del terror les funó las vacaciones. “Mi mamá me dijo que empezaba el 18 de febrero y no quería creerla”, soltó Cristopher Herrera, uno de los afortunados escolares que ayer entró al cole. El pobre cabro pa’ más remate pasó su cumple aprendiendo materias.

“El año pasado estaba en la playa festejando y ahora acá. Ojalá que me tengan tortita cuando llegue a la casa”, remachó ilusionado.

El mateo, que quiere estudiar enfermería, no es el único que tendrá que guardar los trajes de baño y dejar en el olvido los chapuzones eternos en el mar.

UN MILLÓN

Casi un millón de estudiantes volverán a las aulas durante los próximos días. 140 mil escolares lo harán esta semana y 820 mil la próxima. El resto lo hará el 5 de marzo, que es la fecha oficial para el inicio del año escolar.

No todo es tan penca para Cristopher, porque al menos no le fue un atado volver a levantarse temprano. “A las seis ya estaba en pie. No me gustó entrar mucho en esta fecha, pero igual en mi casa ya estaba aburrido”, reflexionó.

A diferencia del motivado pingüi otros de sus cumpas apenas podía mantener los ojos abiertos y un par andaba con la cara de tres metros.

Pero como no hay mal que por bien no venga, la anticipada vuelta a clases es pa’ que los cabros nivelen en lenguaje, matemáticas e inglés, porque todos ingresan a ese liceo por primera vez.

“Nos ha servido harto, porque ahora pasamos a primero a este colegio que es más exigente”, señaló Bryan, quién agregó que a las 8 en punto estaba afuera de la escuela, que es una de los 60 liceos Bicentenario que hay en Chile.

El mismo pingüino reveló, algo derretido por el calor, que todo su familión se quedó en Puerto Montt de vacas: “Estoy sólo. El año pasado entré el 4 y es otra cosa. Me están quitando como dos semanas de vacaciones”.

PRUEBA

Pero si ya era suficiente prueba levantarse temprano en pleno febrero, no fue la única que tuvieron que sortear.

Cache que el caporal de Educación, Harald Beyer, llegó a la escuela y los pilló pidiéndoles permiso a un ojo para abrir el otro.

Para motivarlos les hizo un ejercicio matemático en la pizarra. Lo único que se escucharon fueron grillos.

“Este ejercicio sólo lo resuelve el 6% de los estudiantes”, soltó el ministro para ayudar a los somnolientos escolares que luego de un rato respondieron acertadamente.

Igual, los menores se defendieron. “Nos pilló un poco dormidos”, soltó una niña.

Beyer se fue en la volá tras el ejercicio matemático y aseguró que “sabemos que los estudiantes en Chile tienen grandes diferencias en sus aprendizajes y lo que hacen estos jóvenes con este proyecto, es venir, para partir en igualdad de condiciones con los estudiantes que ya están en el liceo”.