Hace más de un año que los vecinos de calle Obispo Manuel Umaña andan con tremendas ojeras debido a las constantes desveladas que deben soportar.

Cuando la constructora Sigro comenzó a edificar el Mall Plaza Alameda, se instaló con un arsenal de camiones y maquinarias bochincheras. El drama es que para terminar rápido trabajan hasta de noche, sin dejar que  ningún alma logre pegar una pestaña.

Un vecino que ya no da más con la situación, Juan Villalobos, contó que "desde que llegaron no he podido dormir. Ahora tomo pastillas para intentarlo", juró somnoliento.

Los niños del barrio también andan con cara de pocos amigos, porque todos los días despiertan a las 6 de la mañana, con una lluvia de piedras que caen en sus techos, cada vez que suben concreto.

Guillermo Vilia reclama que incluso perdió una pega porque se quedaba dormido "después de un mes sin dormir ya no podía levantarme", contó indignado.

Tanto don Guille como los demás vecinos exigen al municipio de Estación Central y al seremi de Obras Pública terminar con los espantosos ruidos nocturnos, y "que ya no trabajen más de noche", dicen a coro.

RECLAMO

Junto con reclamar porque ya no tienen derecho a pegar pestaña, exigen tres puntetes. Primero que se acabe con la contaminación acústica. Otra petición es poner alto a la contaminación ambiental, por el exceso de polvo y, tercero, que se les respete moral y sicológicamente ya que, según cuentan, sus vidas han cambiado del cielo al infierno.

En la constructora no dijeron nada ya que el encargado del proyecto, Rudolf Schmidt, está de guata al sol, lejos de las ruidosas maquinarias.