Un nuevo cambio de hora se viene durante esta jornada, tal como se viene haciendo el primer sábado de cada abril desde hace varios años. Serán 60 los minutos que se deberán atrasar los relojes de todo el país, exceptuando los ubicados en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.

La medida busca un mejor aprovechamiento de la luz natural, pero también ayudar en la producción de las personas.

"La evidencia científica ha demostrado que iniciar las actividades diarias sin luz natural tiene un efecto negativo sobre la salud, la concentración y el desempeño de las personas, especialmente en niños y adolescentes, quienes por su ciclo biológico de crecimiento despiertan naturalmente más tarde que los adultos", explicó el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet.

Este atraso dará inicio al horario de invierno (UTC -4), el que durará cinco meses, es decir, hasta el próximo sábado 5 de septiembre, cuando los relojes deberán ser adelantados en 1 hora.

Insomnio en cuarentena

Sin embargo esta medida siempre ha tenido sus detractores, como por ejemplo los que tienen problemas de insomnio, los que según la última Encuesta Nacional de Salud de la PUC, llegaría al 63,2% de la población que dice sospechar tener algún trastorno del sueño.

"Despertarse en mitad de la noche, antes de que amanezca o tener problemas para conciliar el sueño pueden ser síntomas de insomnio", contó la neuróloga Evelyn Benavides, especialista en trastornos del sueño.

"Mirar por mucho tiempo los celulares y la televisión en la noche hace más difícil dormirse, porque la luz azul de las pantallas retrasa la entrada al sueño. Eso hará que durmamos menos, y dormir menos está asociado a depresión", agregó John Ewer, biólogo y doctor en Neurociencia de la Universidad de Valparaíso.

Otro de los problemas es el cambio automático de algunos aparatos electrónicos, los que no avisan al atrasar o adelantar las manecillas del reloj, por lo que se recomienda sintonizar algún canal nacional para verificar la hora correcta en el celular.