Crónica

Presos le aforran a Pastor Cid porque ronca como león

Su propio infierno en la Tierra vive Ricardo Cid Castro, el pastor que hace unos años hacía llover pepitas de oro en su templo y que ahora cumple una condena de siete años en la Penitenciaria de Santiago por abuso sexual en contra de un menor de 17 años.

La pateaduras tienen al líder de la iglesia Impacto de Dios como membrillo de colegial. Tanto, que ya ni recuerda los pasados años de líder religioso y de constantes atados entre sus seguidores y familiares, reveló a La Cuarta su hermana, Érica Cid Castro.

¿La razón? El mismo pastor Cid contó a su madre, Alicia Castro, que frecuentemente le pegaban la desconocida porque ronca como león y no deja dormir a sus compañeritos de celda del módulo A.

El lunes le volvieron a dar la tanda y el martes fue ingresado a la posta por brígidos dolores en la espalda a la altura de los riñones. “Le pusieron una inyección porque ya no puede ni caminar”, contó su hermana.

Eso sí, agregó la mujer, “este malestar no es de las palizas recientes, pues desde que fue brutalmente golpeado por un gendarme, Ricardo no se ha podido volver a parar bien. En el verano el sargento Sanhueza, del módulo B, lo golpeó a tal extremo que le tuvieron que quitar a mi hermano porque de lo contrario lo mataba”, alegó Érica.

“¡Allá afuera hacías de las tuyas hijo de la p..., acá mandó yo!, le gritó el funcionario antes de pegarle con un palo en los testículo que lo tiró al suelo”, señaló Érica de acuerdo a lo que le contó su hermano.

La abogada que asesora desde febrero a la familia, Carla Barrientos, interpuso un recurso de protección a favor del aporreado pastor, pues, según la leguleya, en la Penitenciaria se estarían violando sus derechos fundamentales. “Mi representado cumple una pena de privación de libertad; el odio y la discriminación no forman parte de su condena, menos de parte de un profesional”, pataleó.

El pastor, que cumple condena hace un año, redactó una carta donde explicó que el sargento Sanhueza ya le había pegado antes, pero que la última tanda que le dio casi lo mandó con su taita Dios.

La pateadura habría sido en un conteo de presos y de acuerdo a la versión de Ricardo Cid el funcionario de Gendarmería lo habría tratado de “homosexual abusador, solamente por encontrarme en el módulo de los abusadores siendo que yo soy inocente y se está gestionando mi libertad”, redacta en la carta a su abogada.

LOS MEDICAMENTOS

La madre del pastor alega que su hijo es más tranquilo que una foto, ayuda a sus compañeros y ni siquiera quiere tener un celular para que nada lo perjudique.

“Mi hijo necesita tomar Ravotril y otros remedios porque tiene depresión y sufre crisis de pánico; sin embargo, pasó varios meses sin ellos porque no nos querían recibir los medicamentos ni la receta del doctor”, soltó Alicia Castro.

Al respecto, la abogada Barrientos aclaró que Ricardo recibe sus pastillas hace algunos días. “Pero estuvo mucho tiempo sin ellos simplemente porque el profesional a cargo en la Penitenciaria estaba de vacaciones y todo se paralizó hasta su regreso”, explicó la profesional.

GENDARMERÍA

Gendarmería reconoció a La Cuarta que efectivamente se produjo un incidente entre el interno Ricardo Cid y un funcionario.

Sin embargo, hasta ahora aún no hay nada claro porque la institución se enteró del incidente a raiz del recurso de protección.

Informaron que se entrevistó al recluso y que este se habría desdicho de la denuncia, pues el episodio no habría pasado de un intercambio fuerte de palabras.

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