Se ganó un 7: profesor hace clases gratuitas de matemáticas en la calle

Un loco, un Quijote o quizás sólo un apasionado de la pedagogía, así puede ser definido Eduardo Alejandro Cancino, un profesor de matemáticas que demostró ser capaz de hacer cualquier cosa con tal de entusiasmar a los jóvenes en la ciencia de los números.

Una de ellas fue crear un canal de Youtube, donde con novedosas técnicas, empezó a enseñar los terribles números.

Pero Cancino quiso llegar más allá, y se puso otro desafío: "Dije que si pasaba los mil suscriptores en mi canal de Youtube, iba a hacer clases gratis y así promover un poco más las matemáticas".

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Fue así como en menos de un mes ya había superado los mil fieles. "¿Entonces qué fue lo que hice yo?, agarré una pizarra y me fui al centro de Talca y publiqué en Instagram que iba a hacer clases gratis y llegó gente de Curicó y unas niñas de cuarto medio que querían ver las guías que tenía yo, así empezó todo", explicó.

La imagen del profe haciendo clases se viralizó rápidamente y fue aplaudida por todo el mundo.

"No importa el lugar ni la forma, la idea es que los alumnos aprendan", asegura inflando el pecho.

Oriundo de Linares, este docente de sólo 28 años cuenta que desde que era niño hacía clases de matemáticas, y que fue así precisamente como pudo juntar dinero para pagar sus estudios y titularse de profesor en la Universidad Autónoma de Talca. "A puro ñeque pude terminar mi carrera de pedagogía", señaló orgulloso.

Disfraces

Actualmente, trabaja en el colegio Juan Salvador College de San Javier, donde asegura que empezó su pasión por utilizar la tecnología en la enseñanza.

"Quería que los chiquillos estudiaran más, se interesaran más y no se quedaran con la pura clase del profe, de manera que si alguno no entendía o se olvidaba de algún contenido, pudiera revisar en mi canal de Youtube la clase que yo les grababa y les subía para que ellos repasaran para las pruebas de contenidos o globales", reveló.

Pero no contento con eso, encontraba que tenía que ponerle un plus extra a sus videos, y fue así como empezó a disfrazarse.

"Me disfracé de monja primero en un video y después vestido de geisha y otras cosas más, y listo, logré captar la atención de los chiquillos", indicó.

Una vez que sus alumnos comenzaron a ver sus videos, al final de estos les dejaba tareas. "Yo les decía lo que tenían que estudiar y lo que debían ejercitar y al final les daba la tarea. Me empecé a dar cuenta que los que llegaban con la tareas eran los que veían los videos, y justamente a los que más mal les iba", contó.

"Mis colegas dicen que estoy loco, pero se refieren a mis ideas y forma de hacer pedagogía, me siento muy apoyado por ellos, es que soy muy hiperactivo", dijo.

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