Si hay algo que abunda en Chile son los números de emergencia, en total son 20 diferentes sin considerar los 365 que tiene cada municipalidad para eventualidades varias.

Por eso ante cualquier premura y bajo tensión los chilenos deben discriminar entre el 131 para las ambulancias, 132 para Bomberos, 133 para Carabineros, 134 para la PDI o el 130 para emergencias forestales, entre muchos otros que empiezan con el prefijo 13.

Por ello, los entendidos en seguridad y comunicaciones han propuesto unificar en Chile el número de emergencia y que este sea el 911. De hecho en el 2016 la senadora Carolina Goic ya propuso al gobierno su implementación sin mayor éxito.

¿Por qué? El experto en seguridad, Michel De L'Herbe, en los últimos 7 años ha viajado a Estados Unidos en varias ocasiones para profundizar conocimiento en gestión y tecnologías vinculadas con los sistemas 911.

Según explicó a La Cuarta, la cosa está clara, ya que "¿quién no conoce el 911 como número de emergencia? Ya existen 10 países latinoamericanos que han optado por un sistema integrado de seguridad y precisamente han elegido el 911 como dígito de emergencia. A esto hay que sumar el alto nivel de migración local por lo que se hace muy conveniente este número", manifestó De L'Herbe.

Agregó que la idea es que un solo cerebro sea capaz de administrar y calificar las emergencias y hacer más eficiente el sistema.

"Así ya no será el ciudadano quien determine el tipo de emergencia y las instituciones que se verán involucradas, sino el Estado a través de este cerebro", aclaró.

"En segundo lugar se genera una promesa de servicio y un tiempo de respuesta y deja de ser una apreciación personal si la institución se demoró mucho o poco en reaccionar ante un requerimiento", aseguró.

En los países desarrollados la contestación va entre los 5 y 7 minutos y la importancia de ello es que de eso podría depender una vida. "Por ejemplo, una respuesta integrada de cinco minutos y menos en el área policial aumenta en un 60% la posibilidad de detener a un delincuente, y por cada minuto sin intervención a un paciente que sufre un infarto, su sobre vida disminuye en un 10%", finalizó De L'Herbe.

-¿Pero Chile está preparado para desarrollar e implementar un único número?

-Sí, la tecnología está disponible. Sólo es cuestión de unificar fuerzas y establecer la mejor forma de ponerlo en marcha.

Beneficios

Alberto Valdivieso, Country Manager, Motorola Solutions Chile, explica que "su implementación puede ir a costo directamente del Estado o incluso a través de donaciones o aportes de la ciudadanía mediante un cargo a sus cuentas de algunos servicios".

"Tener un 911 no implica un gasto mayor de recursos al que ya se genera en la inversión de todas las líneas mencionadas. Al contrario, la reorganización y unificación de todos estos, en un número único genera eficiencia, ahorrando costos en la operatividad de la misma, y lo más importante, asegura una respuesta más rápida a las necesidades de la comunidad", concluyó.

El número de emergencia en otras latitudes

En Estados Unidos el 911 ya cumplió 50 años como número único de emergencia y en América Latina ya son más de 10 los países que han incorporado un sistema integrado de seguridad. En Europa, el dígito es el 112.

El último país en Latinoamérica en incorporar la respuesta integrada fue Ecuador. El número único que implementaron anotó en 2017, 3.017.927 de incidentes y aproximadamente 500.000 asistencias médicas, convirtiéndose en el segundo servicio que más solicitaron los ciudadanos.

Su implementación generó un cambio cultural, que no sólo involucró a las autoridades y servicios de urgencia, sino también a la población, los beneficiarios directos de un proyecto que unificó a todos los organismos en uno.

Según los expertos, nuestro país no tiene problemas de dinero ni tecnología y al igual que Ecuador el único dilema sería la resistencia de las instituciones involucradas.