La Society for World Interbank Financial Telecommunication, más conocida por el acrónimo SWIFT, es un conjunto de sociedades financieras que permiten hacer transacciones internacionales. Es por este motivo que países han visto como opción sacar a Rusia de este sistema como un método de presión.

SWIFT suele ser conocido gracias a ser un código internacional que les da a sus socios un servicio de mensajería cifrada que facilita las transferencias internacionales de fondos. Además, determina los códigos bancarios conocidos como BIC, para realizar las transacciones.

El Bank Identifier Code (BIC) es utilizado para identificar al banco que se le realizará la transferencia y consiste en un código alfanumérico de 8 u 11 caracteres.

El código de 8 caracteres tiene información de la entidad, de cada país y de la localidad. Y el que tiene 11, además de lo recién mencionado, incluye la información determinada de una sucursal.

De esta forma, cuando un cliente desea realizar una transacción internacional, el banco emisor crea un código BIC que indica de qué manera van a llegar los fondos, en qué fecha, cuáles serán sus divisas, gastos y todo tipo de detalles.

¿Cómo esto podría afectar a Rusia?

Esto afectaría directamente a la economía del país, debido a que dejaría a empresas, organizaciones, fábricas y más instituciones imposibilitadas para poder realizar cualquier tipo de transferencia internacional.

“Si desconectan a Rusia del SWIFT, no recibiremos divisas, pero los compradores, los países europeos en primer lugar, no recibirán nuestras mercancías: petróleo, gas, metales y otros componentes importantes”, aseguró Nikolai Zhuravlev, vicepresidenta de la Cámara Alta del Parlamento de Rusia, dando a entender que este movimiento tendría consecuencias.

A pesar de que la presión viene principalmente de los países occidentales, algunos como Estados Unidos no están de acuerdo con esta decisión, debido a que no solo afectaría a Rusia sino que al desempeño de la economía mundial.