¿Quién no ha escuchado a todo marrano y sin audífonos una canción de Américo en un paradero del Transantiago gracias a la voluntad o sordera de un trauseúnte?

La gracia es que ahora será autorizada, porque desde hoy comenzará a funcionar el primer paradero musical en nuestro país. La iniciativa partió de los cerebros del producto Nescafé, quienes pidieron los permisos a la muni de Las Condes, ya que no todos los paraderos están a cargo del Ministerio de Transportes.

El brillo es que cualquier persona que transite por avenida Las Condes, a la altura del doce mil, y tenga un pendrive, mp3, un iPhone o una Blackberry podrá escuchar cualquier temón musical que le guste, ya que se instaló un puerto USB al costado del panel de publicidad.

"Queremos hacer que la gente tenga una espera más llevadera, que comparta con sus amigos su música mientras llega la micro", confesó José Kaid, uno de los genios detrás de este proyecto.

Con dos parlantes, que juntos hacen un guataje de 6 watts, y un amplificador que va en el interior de la paleta de la publicidad, los creadores buscan transformar el paradero en una minidisco, que haga menos latera la espera del bus.

Los patos malos que ya le estén echando el ojo a los amplificadores que estarán adentro del panel tendrán que quedarse con las ganas, ya que la empresa a cargo de instalarlos les chantó la tonta llave de seguridad.

"Es muy difícil que puedan sacar los parlantes, porque le pusimos una llave especial. Además, revisaremos su estado semanalmente, para ver si han sido dañados", aseguró Kaid, quien ya realizó otras gracias (leer abajo).

El paradero estará 45 días a puro reggaeton, salsa, electrónica o cumbia. No será el único, ya que en los próximos días se instalarán 15 paraderos en el sector oriente.

La empresa McCann Chile, a cargo del paradero musical que comenzará a funcionar hoy, tiene un máster en llamar la atención de la barra.

Cache que hace un tiempo atrás crearon un paradero humano, donde cualquier mortal se podía sentar a leer, escuchar música o simplemente mirar los pajaritos.

"Siempre pensamos en realizar cosas distintas. Ahora fue el paradero, pero ya tenemos pensado hacer otra cosa luego para sorprender", confesó José Kaid.

Los creadores esperan que la parada de micros musical no genere atado entre las personas que pongan la música: "La idea es que se vayan rotando, para que todos puedan escuchar sus temas".