El caos se desató durante la noche de este sábado: más de 3.500 detenidos escaparon de la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe, la principal cárcel de Haití.

La situación se dio después de que grupos armados irrumpieran en la prisión, lo que contribuyó a que los reos pudiesen fugarse.

Frente a este escenario, el gobierno decretó un estado de emergencia por 72 horas en Puerto Príncipe y sus alrededores, lo que también incluye un toque de queda nocturno hasta este miércoles 6 de marzo.

Esto se da en medio de una compleja crisis que vive Haití, uno de los territorios con mayores cifras de pobreza en América.

La violencia también se ha incrementado, hasta el punto en que las pandillas que buscan derrocar al primer ministro Ariel Henry controlan el 80% de Puerto Príncipe, según rescató la BBC.

Los detalles de la fuga masiva en la principal cárcel de Haití

Datos de la ONG Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH, por sus siglas en francés) detallan que la mencionada cárcel tenía capacidad para unos 700 reclusos.

Sin embargo, ahí figuraban al menos unos 3.600 al momento de la fuga.

A raíz de esta situación, sindicatos policiales habían solicitado ayuda de efectivos militares para mejorar la seguridad del centro penitenciario, debido a que gran parte de los criminales que se encontraban ahí poseían un alto poder delictivo.

No obstante, la irrupción llegó este fin de semana. Y, según la agencia Reuters, los agentes que debían resguardar la prisión abandonaron el lugar.

Por otro lado, un corresponsal de AFP aseguró que vio cerca de una docena de cadáveres en las afueras del recinto.

Esta reciente operación ha sido atribuida a un expolicía de élite llamado Jimmy Cherizier, quien también es conocido como “Barbecue” y lidera una de las principales facciones armadas en Haití.

Además, había hecho un llamado a que los distintos grupos de este tipo se unieran para combatir al primer ministro.

Las tensiones entre estos grupos y las autoridades de Haití se incrementaron aún más el jueves pasado, luego de que Ariel Henry viajara hacia Nairobi (la capital de Kenia) para conversar sobre el envío de refuerzos policiales para su país.

Un día después, él y el presidente William Ruto confirmaron un acuerdo sobre dicho punto, con el objetivo de enfrentar a las pandillas.

Después de que se conociera la fuga masiva de la Penitenciaría Nacional, algunos presos optaron por quedarse en las instalaciones, bajo el argumento de que ahí se sentían más seguros que en el exterior.

Mientras tanto, las autoridades locales siguen evaluando cómo enfrentar el reciente escape.