La jauja, el carnaval y la pachanga están de fiesta en Provi, luego que la sheriff de la comuna, Josefa Errázuriz, diera su mano a torcer y extendiera el horario de venta de alcoholes en boticas y pubs.

"Creo en la democracia, llamo a los concejales, a la concejala y a los vecinos de la comuna a controlar la ordenanza. Rechazo esta protesta, pero la (nueva) ordenanza ha ganado y por lo tanto haré todo lo que esté de mí parte para que se dicte a la mayor brevedad y daremos todas las facilidades para la fiscalización", soltó la alcaldesa con el medio rostro luego de haber perdido este impopular gallito.

La medida, que ella misma propuso hace 3 meses, tenía de las mechas a propietarios de clubes nocturnos, antros, botillerías y locales a fines, que pregonaban como sus ventas se iban a pique, ya que según ellos, debían cerrar e ir a dormir junto a las gallinas.

"Nos han tratado pésimo. Nos duele esta demonización de nuestra actividad. No volveré a votar por ella", señaló en su oportunidad Marcelo Cicali, capo del bar Liguria.

Errázuriz soltó que el primer semestre del 2015, realizará una encuesta vecinal  para rochar como anda la modificación, pero no soltó si la consulta será vinculante.