En Arica, a los pies del Morro,  hay un sector conocido como "Jamaica", y no precisamente porque los chiquillos que acuden ahí sean secos velocistas, onda Usain Bolt, sino que porque quienes aterrizan por esos lados, acostumbran a irse en volada a lo Bob Marley.

Y aunque en general los cabros no acostumbran a molestar a los vecinos, hay una chiquilla que sufre más que nadie por el volátil gusto de los jóvenes.

Se trata de Elena Arancibia, la dueña del kiosco "Cierra Nunca", que según cuenta, está hasta la coronilla con los compadres que le insisten en preguntarle si vende papelillo para armar los bacayos verdes.

Por lo mismo, decidió ponerle un parelé al asunto, y para no perder más el tiempo con los macoñeros, puso un cartel que pone en sobreaviso a quienes osen con preguntar: "¡No se vende papelillo!".

"Vendemos cosas para comer, velas, aspirinas y todo lo de urgencia que le pueda faltar a nuestros clientes, porque saben que tenemos abierto toda la noche", cuenta Elena, quien reconoce que por esa razón, los urgidos pasan al kiosco a preguntar por papelillos.

"En varios lados venden y no tiene nada de malo. Nosotros no vendemos porque no vendemos nomás, y a cada rato pasan preguntando", señala.

MÁS GRANDOTE

Pese a que puso el cartel, Elena reconoce que la cuestión no está funcionando como ella quisiera. De hecho contó que segundos antes de la llegada del diario pop "pasaron unos chiquillos preguntando".

Por lo mismo, adelantó que deberán tomar nuevas medidas para ahuyentar a los cabros que insistan con la misma tonterita.

"Vamos a tener que colocar uno más grande, porque el otro ni lo ven. En los próximos días lo instalaremos", sentenció Elena.

MARCHA

Cabe destacar que hoy, al igual como ocurrirá en todo Chile, en Arica se desarrollará una marcha a favor del uso medicinal de la Cannabis donde con seguridad asistirán todos los chiquillos del sector "Jamaica".

Los cabros partirán a las 10 de la mañana, en Lynch con 21 de Mayo, y la idea es presionar para poder crear en Arica un centro de cultivo con el apoyo de la muni y la asesoría directa de la Fundación Daya, tal como se hizo en La Florida.