¡Resucitó el robot Tongas de Pipiripao!

Tongas podría ser la versión tercermundista con sabor a empanada y vino tinto del robot de la Guerra de las Galaxias, conocido en nuestro país como Arturito.
La gracia de su historia es que durante más de 20 años se perdió la pista del artefacto creado por Gastón Centeno Pozo, que participó del programa infantil Pipiripao, éxito de sintonía en UCV-TV en los años 80’.
El animador Roberto Nicolini nos contó que Gastón era jefe de producción del canal y aún así tenía la voluntad para meterse dentro del robot, manejar sus brazos y hablar como si fuera una máquina. Tiempo después siguió haciendo la locución, pero dentro de Tongas se metía otra persona.
Sobre las características del personaje, el animador recordó que “era como un averiguador universal” que respondía todas las dudas del mundo como lo hacen ahora los buscadores de internet.
Nicolini agregó que cuando terminó el espacio el canal botó todas las cosas que usaban, como los títeres, muchas cintas de grabación y escenografía. Una de las pocas cosas que se salvó fue el mítico robot que nació cuando la computación comenzó a estar de moda y aparecieron los primeros ataris.
“Tongas era como un preadolescente muy divertido. Recuerdo que una vez tomó exceso de aceite y se emborrachó como lo hacen los cabros jóvenes. Su gracia era la personalidad que Gastón le daba y los libretos de Orlando Walter Muñoz”, dijo Nicolini.
Después del fin del programa, pocos sabían que Gastón se había llevado a Tongas a su casa. Allí permaneció en una bodega expuesto al deterioro del paso del tiempo, hasta que los cabros de la “Hobbycon” de Villa Alemana decidieron revivir a los personajes más icónicos de la región de Valpo e invitaron al tío Roberto. Para que la fiesta fuera completa rastrearon el paradero del robot y dieron con él.
El diseñador gráfico Andrés Carbone contó que se lo pidieron prestado a su dueño y durante dos meses trabajaron en su restauración como si estuvieran interviniendo una pieza histórica. “Éramos fanáticos del Pipiripao así que cada pieza que sacábamos de Tongas era con una ceremonia, los tornillos originales eran sagrados y sacar la cúpula fue casi en cámara lenta”, contó.
“Había sido fabricado con materiales sencillos como fibra de vidrio y cartón, pero estaba muy dañado, tenía varias manos de pintura, reconstruimos los controles, la cúpula, la parte interior, la cabeza, fabricamos algunas partes y cuando Gastón lo vio se emocionó”, agregó Andrés.
“Ellos realizaron un trabajo de primer nivel, teniendo el cuidado de hacer funcionar todos los dispositivos y que conservara su espíritu original”, reconoció su creador.
El retorno del resucitado robot fue a lo grande en el centro cultural Gabriela Mistral de Los Andes, y según Nicolini dejaron “la cagada” entre los asistentes.
Luego de la presentación Tongas volvió a la casa de su dueño para quien el robot de los pipiripaítos es mucho más que un viejo artefacto desechado por UCV-TV.
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