Según los expertos en aires cochinos, a la media hora que habían fundado Santiago ya estaba contaminado; por lo tanto, soñar con un aire impeque nunca será. Sin embargo, a medida que han pasado los años el cuento se ha hecho crítico.

Además de los factores naturales que rodean la capital están los que tienen que ver con la industria, el transporte y otros atados similares. Pero hay un actor que se ha mantenido piola y que se lleva casi la mitad de la responsabilidad, las estufas a leña.

El Ministerio de Medio Ambiente le pone talento a un nuevo plan de descontaminación para la capital y para eso elabora un anteproyecto que declara a Santiago enfermo terminal o "zona saturada por material particulado fino (MP 2,5) en agosto", según publica hoy El Mercurio.

Por qué las estufas están en la mira

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Según la Organización Mundial de la Salud el material el MP 2,5 es veneno para la salud porque logra penetrar los alveolos pulmonares y provoca enfermedades respiratorias brígidas, sobre todo en los niños, ancianos y enfermos crónicos.

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El MP 2,5 es el contaminante que más generan las estufas a leña. Ellas se llevan nada más y nada menos que el 45% de la contaminación anual por este factor.

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Durante el invierno el tema es escandaloso, pues a este tipo de calefacción se le atribuye el 70% de la polución por MP 2,5

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Un catastro reveló que en la Región Metropolitana hay 120 mil de estas estufas, lo representa el 7% del total de artefactos de calefacción. Es decir, son re pocos para la embarrada que dejan

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La prohibición regirá todo el año, no sólo en las alertas, preemergencias o emergencias ambientales como hasta ahora. Sólo podrán conservar este tipo de calefacción las zonas rurales