Durante el período de la Independencia de Chile el rol de la mujer fue clave en todos los niveles. Si bien no participaron de la lucha armada como sucedió en otros países de Sudamérica, aportaron recursos económicos e incluso actuaron como espías.

"Hay algunas que sirvieron de correo entre Chile y Argentina. Las esposas de algunos de los líderes aprovechaban los viajes para llevar cartas o traer cartas. También hay algunas que operaron como espías, sobre todo en la zona de Concepción, donde no se sabía quién era patriota y quién era realista", explicó Luz María Méndez, profesora de historia de la Universidad de Chile. Entre las mujeres de élite destacaron las figuras de Javiera Carrera y Luisa Recabarren.

Su compromiso con la causa patriota quedó de manifiesto en 1818. De acuerdo a la docente, en aquel año destacaron por contribuir "con dinero para mantener soldados. Un grupo de mujeres regaló argollas de oro con perlas, cruces de oro, cadenas de oro y también argollones de plata con topacio. Sus joyas más valiosas".

"Otras mujeres generaron tela o vestuario para la tropa. Vendajes para los hospitales y heridos de guerra", añadió.

Eso sí, el fiel apoyo a la causa de la independencia trajo sus consecuencias. "Muchas quedaron viudas, sin sus hijos mayores. Hay algunas que quedaron solas con sus hijas mujeres. Otras quedaron sumamente pobres. Tuvieron que pedirles al Gobierno que les asignara pensiones para poder sobrevivir, porque la guerra fue bastante dura", aseguró la pedagoga.