El chef chileno Víctor Miguel Guerrero Rivera se fue hace cinco años a Europa en busca de un mejor horizonte, sin presagiar que sólo encontraría una muerte terrible, espantosa.

El 4 de octubre pasado, en Girona, Cataluña, España, fue brutalmente torturado y asesinado por una banda de rumanos que quería robarle la llave de una caja fuerte que guardaba 50 mil euros (más de 43 millones de pesos), propiedad del dueño del bar donde trabajaba como maestro de cocina.

Para quitársela, los delincuentes le aplicaron diversas torturas durante horas, lo amarraron de sus manos y cuello con alambres, presumiblemente para ahorcarlo, le bajaron los pantalones y lo apuñalaron reiteradas veces, heridas que, según el informe policial le habrían provocado la muerte, que sepultó sus sueños de triunfar en la península ibérica.

TODO MAL

Víctor Guerrero tenía 36 años y estuvo de patiperro en varios países del Viejo Mundo.

Nada le era fácil y día a día sufría junto a su esposa Andrea y su pequeña hijita.

Se puso con un negocio de hotelería en el sector de Lloret del Mar, pero le fue horrible.

En vez de acumular dinero, se llenó de deudas, hasta que encontró trabajo en el bar Les Piscines, del sector Santa Magdalena de Rosas de Girona, un monumental complejo habitacional donde viven más de 3 mil personas, rodeadas de lujo y una aparente tranquilidad.

Pero todavía debía el arriendo de locales, departamentos y mantenía deudas con algunos proveedores.

Su desfinanciamiento era tal, que el 1 de septiembre pasado un tribunal de Girona emitió una orden de embargo en su contra, casi un mes ante de su trágica muerte.

A tanto llegaba su situación, que, tras su asesinato, el diario El Punt, de Girona informó en su edición del 7 de octubre que Guerrero varias veces le comentó a sus conocidos que temía que sus acreedores pudieran cobrarle con su vida. Estaba aterrado.

MALA ONDA

Según la misma versión de prensa, en el local donde trabajaba el chileno habría aparecido un siniestro personaje conocido como "El Cobrador Escocés", cuya pega era seguir a los morosos para amedrentarlos, con el fin de que pagaran sus deudas.

La policía catalana detuvo a una persona que trabajaba en el mismo bar que la víctima.

El sospechoso aseguró que había visto el cuerpo por casualidad en la escena del crimen y que como no tenía teléfono, pidió a otro compañero que avisara a la policía.

Los detectives catalanes tienen la tesis de que fue el mismo detenido quien habría alertado a la mafia rumana sobre el día y la hora exactos en que el chileno Guerrero tendría los 50 mil euros en su poder.

La justicia catalana le sigue la pista a otros dos hombres que serían parte del lote de sanguinarios, que podrían haber sido contratados por prestamistas informales con los que Guerrero se relacionó.

Por ahora, la familia de Guerrero lo único que quiere es repatriar sus restos y darles sepultura para encontrar algo de consuelo.

TRES MIL EUROS PARA REPATRIARLO

Con el fin de repatriar los restos del chef Guerrero, su familia en Nogales, Región de Valparaíso, juntó a pulso la suma de 3 mil euros (poco más de 2 millones de pesos).

Hace pocos días depositaron el monto en una funeraria de Girona. Pero eso no logra consolarlos completamente.

"Pensamos que el Gobierno pudo entregarnos una ayuda de tipo económica, pero no fue posible. Esto ha sido un sufrimiento muy grande y presentaremos una queja ante el Gobierno, porque nos han dejado solos", dijo Miguel Guerrero, hermano de la víctima.

En la Cancillería chilena declararon al diario pop que "esperamos que todo resulte bien en el proceso de extradicion. El cónsul está entregando toda su ayuda".

F. Bonifaz/R. García