Un año como el ajo ha sido el 2010 para el senséi 5º Dan, César Vergara, más conocido como "el señor de los imposibles".

En enero aún no se recuperaba de las horribles lesiones que sufrió en el tambembe y los genitales, luego de inscribir su nombre en los Récord Guinness al quemarse a lo bonzo por un minuto y 7 segundos.

Dos meses después el terremoto dejó en el suelo su academia de artes marciales de Talca, y apenas se había instalado en otro lugar, le entraron a robar y perdió seis copas de sus récords mundiales.

Los malditos le pelaron un trofeo Guinness por permanecer bajo hielo durante una hora y media; otro por doblar lanzas de acero con la garganta; por soportar el tren delantero de un vehículo sobre una cama de clavos durante un minuto y diez segundos; por combatir 28 horas sin parar; por caminar sobre brasas incandescentes, y por sepultarse vivo bajo tierra sin oxígeno dos horas y 30 minutos hasta casi irse cortado.

Los desgraciados también se llevaron un sofisticado equipo de amplificación, perfumes y otras especies de valor. Pero lo que más extraña el senséi son sus trofeos, que para él tienen un valor incalculable, pues "son fruto del esfuerzo de muchos años, de profunda dedicación de un maestro para demostrarle al mundo que no existen los imposibles y que la mente puede estar por sobre el cuerpo".

Quebrado casi hasta las lágrimas, como nunca antes se lo había visto, el maestro de artes marciales reconoció que "este año me ha dado con todo, primero la naturaleza y luego los delincuentes".

Relató que "empecé el año con reposo absoluto para que pegaran bien los injertos que me hicieron en las heridas por quemaduras. Con gran esfuerzo mental me puse de pie, pero vino el terremoto y cayó mi escuela. De allí desaparecieron muchas cosas, pero también me repuse y levanté una nueva academia, en una nueva dirección, donde después de dedicarle mucho trabajo para arreglarla y poder recibir a mis alumnos, ingresan desconocidos y se llevan lo más valioso para mí que son mis trofeos mundiales".

Vergara lamentó que los delincuentes no tuvieran ningún respeto por lo que aquellos trofeos representan, "porque cada vez que yo conseguí un récord mundial, le dedicaba ese esfuerzo y reconocimiento a mi ciudad, a mi país, y quienes robaron mis trofeos son incapaces de valorar eso. Ellos no entienden que el valor de esas copas no está en el metal que pueden fundir para hacer joyas, sino en el esfuerzo que tuve que hacer para conseguirlas".

Con furia en la mirada el maestro de los imposibles pide "sólo 30 segundos con ellos en el Dojo, aunque sean diez o veinte delincuentes, pues ese breve tiempo bastará para que ellos sepan de lo que soy capaz de hacer con mi catana y juro que le cortaré las manos a cada uno para que nunca más vuelvan a robar".

Agregó que efectivos de carabineros y de la PDI de Talca buscan incansablemente a los malhechores y que él también está trabajando para ubicar a los ladrones.

Aseguró, para mal de ellos, que ya los tiene "más o menos identificados".

"Lo único que deseo es que termine luego este año y que durante el próximo exista paz en el corazón de mi familia, y temple en el corazón de mis alumnos. Espero que en el próximo mi corazón encuentre la paz que no tuve el 2010", señaló César.

Advirtió que "este no es un año para olvidar, sino para sacar muchas lecciones. Los delincuentes y abusadores deben saber que el pacífico maestro César Vergara, ya no está aquí pues seré implacable con quienes atenten en mi contra y les advierto que ellos conocerán al leopardo herido que ahora vive dentro de mí".