Si hay quienes la pasan malena canta el tango cuando llega la primavera, esos son los que se la llevan llorando producto de la conjuntivitis.

Se trata de una inflamación de la membrana llamada conjuntiva, habitualmente observada en personas con antecedentes de alergia y se presenta principalmente en el período primaveral, coincidiendo con la polinización característica de esta época del año. En español, "es una hinchazón (inflamación) del revestimiento externo de los ojos debido a una reacción alérgica", explica Michel Mehech, de la Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello.

La afección causa lagrimeo u ojos llorosos. Normalmente el paciente presenta ojos rojos, ardor, picazón ocular.  Es una afección bilateral y, rara vez, produce disminución de la visión.

MENOS LAGRIMEO

El lado inferior de los párpados puede volverse áspero y cubierto de protuberancias y un moco blancuzco. Alrededor de la córnea, donde se encuentran la esclerótica y la córnea (limbo), puede volverse áspero e inflamado. Al examen, se observa al biomicroscopio papilas y nódulos que recubren la parte interna de los párpados.

El doc recomienda evitar los alergenos (elementos que producen alergia) y utilizar en ocasiones colirios y productos antes del episodio alérgico estival.

Esta enfermedad es más frecuente en niños, adultos y embarazadas. Personas de la tercera edad no la sufren con frecuencia.

El tratamiento para enfrentar a la conjuntivitis consiste en intentar localizar el alergeno que la desencadena y luego, una vez establecida la afección, se  debe evitar frotar los ojos, ya que esto provoca mayor irritación.

En caso de mucho malestar, se debe usar compresas de agua fría; un paño limpio humedecido en agua fría y colocado sobre los ojos, pueden proporcionar cierto alivio.

Se debe consultar al oftalmólogo, quien puede prescribir distintos productos antialérgicos de uso tópico u ocular.