Sicosis en Tongoy: Ahora inventaron dos suicidios en cementerio

La oleada de suicidios por ahorcamiento en Tongoy ha provocado una sicosis absoluta, que ayer llevó a los vecinos de ese balneario a inventar que dos cabros habían intentado colgarse en un árbol del cementerio local.
Los falsos intentos de suicidio movilizaron a voluntarios de Bomberos y a todos los servicios policiales de Coquimbo. Incluso en los matinales de la tele agarraron papa y sus animadores se dedicaron a analizar el hecho.
Sin embargo, en la mañana de ayer se descartó completamente que los jóvenes hayan intentado quitarse la vida en Tongoy. Habrían sido los suicidios octavo y noveno, pero no pasó nada.
Averiguaciones hechas por La Cuarta establecieron que los presuntos suicidas eran dos jóvenes que se encontraba en el panteón junto a su padrastro y una tía, llorando la muerte de un amigo que sí se había autoeliminado el fin de semana pasado.
Lo que sí resultó ser verdad es que los supuestos suicidas se encontraban en el cementerio, acompañados por sus familiares y muy afectados por la muerte de su amigo Segundo Bugueño Araya, de 23 años, quien el sábado 9 de agosto se colgó con su cinturón en una de las rejas del estadio de Tongoy.
Sus propios familiares reconocieron al diario pop que el Segundo se suicidó "por culpa de la drogadicción, en la que había recaído".
Después de que ayer se conoció el presunto "intento de suicidio", los policías y paramédicos que llegaron a perder el tiempo al cementerio sólo tuvieron que animar a los jóvenes y ayudarlos para que dejaran de llorar la muerte de su amigo.
siete. La ola de siete suicidios comenzó en noviembre de 2007, cuando el skater Carlos Zepeda Véliz, de 18 años, se ahorcó en su casa.
El Día de la Madre, Raúl Bonilla, de 22 años, se colgó en su domicilio debido a una presunta depresión.
Dos amigos de ese joven se convirtieron en los próximos muchachos de 21 años que se mataron en Tongoy.
Se trata de Diego Torrejón, quien el 6 de julio se colgó en la reja de la Costanera con una bufanda que le había tejido su mamá, y el pescador de jibia Francisco Mendoza, quien se ahorcó con un cinturón atado a otra reja, el 27 de julio.
El 3 de agosto pasado, Mario Monardes, de 28 años, se ahorcó en su casa porque su pareja no lo dejaba ver a su hijo, y el sábado 9 de agosto, Segundo Bugueño Araya, de 23 años, se colgó con su cinturón en una de las rejas del estadio local.
El sábado recién pasado, Williams Molina (25) se ahorcó en una casa desocupada de la Playa Grande de Tongoy, donde fue encontrado por sus familiares.
SEREMI DE SALUD ACLARÓ EL PASTELITO
La secretaria regional ministerial de Salud, Anita Bonell, confirmó que nunca hubo intento de suicidio ni nada parecido.
"Los hechos comenzaron cuando en el Centro de Salud de Tongoy avisaron que dos jóvenes permanecían en una actitud sospechosa en el cementerio local, supuestamente con la intención de matarse. Sin embargo, los paramédicos que concurrieron en ambulancia establecieron que se trataba de un par de amigos que estaba llorando junto al sepulcro de Segundo Bugueño", indicó la seremi.
"Nuestros especialistas sólo tuvieron que conversar con ellos y concertar una entrevista para darles apoyo sicológico", añadió.
En la Región de Coquimbo existe una seria escasez de profesionales de salud mental en el sistema público.
J. Budrovich/C. Godoy
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