Sofía nació prematura y sólo pesó 790 gramos. El 11 de octubre su madre la parió con cerca de seis meses de embarazo. La guagüita es condroplácica (enanita) y, lamentablemente, desarrolló una hidrocefalia por culpa de una maldita hemorragia y vive conectada a un ventilador. Su madre la dejó en el hospital y nunca más volvió.

El 11 de febrero la "Sofi" cumplió 4 meses y se llenó de regalos. Pañales, ropita, peluches y hasta un bonito vestido recibió de manos del mismo personal de Neonatología del Hospital El Pino de San Bernardo. Técnicos paramédicos, matronas, enfermeras y médicos se han encariñado con la pequeñita que día a día lucha por ganarle a la muerte.

"Ha hecho cuatro paros respiratorios, tiene una displacia broncopulmonar y viene a verla un kinesiólogo dos veces por día. Está complicada y luego logra salir adelante de nuevo. Es impresionante como la Sofía se aferra a la vida", señaló la supervisora de Neonatología, Verónica Marín Henríquez.

Hace un mes la chiquitita Sofía G.G. fue bautizada en el hospital. El nombre se lo puso su abuela Fresia Véliz (45). Ella es el único familiar de la pequeñita que va regularmente a visitarla. La mujer de la población Las Acacias, de El Bosque, es vendedora de ropa usada y apenas le alcanza para mantener a tres nietos más que le dejó la madre de Sofía.

"Mi hija está enferma. Es drogadicta y alcohólica. Tiene siete hijos y yo me hago cargo de tres de ellos", sostuvo la mujer.

"Si yo tuviera plata me haría cargo de Sofía. Ella depende de un tubo de oxígeno y de mucha atención médica. Me da pena, pero lo más probable es que muera luego. A pesar de todo ella sigue luchando, le ha ganado 4 veces a la muerte. Me da vergüenza, porque si fallece ni siquiera tengo para enterrarla, pero la gente del hospital me va a ayudar", agregó.

El caso de Sofi ha movido a todo el servicio del hospital. Los titanes se turnan para lavar la ropa de la pequeñita y para comprarle los pañales. "Ella es la regalona, es como parte de la familia", dijo la matrona Paulina Santibáñez.

"Yo quiero que no sufra más", señaló la técnico paramédico Carolina González.

Para la supervisora Verónica Marín el abandono de guagüitas es una realidad en algunos hospitales ubicados en la periferia.

"Mira, al menos en nuestra unidad hay dos bebitos sanos abandonados. Esto es debido a que sus padres o tienen problemas con la justicia, con las drogas o con el alcohol".

"HAY GENTE CON EL CORAZÓN GRANDE QUE ADOPTA NIÑOS CON PROBLEMAS"

La Casa Nacional del Niño lleva 248 años cuidando a peques y lactantes con alteraciones neurofisiopatológicas.

Según la dire del centro dependiente de Sename, María Cristina Rojas, el 2009 recibió cinco niños abandonados en hospitales y uno en la vida pública. "La cifra ha bajado con los años, porque hay ayuda de parte de los consultorios y municipios donde se apoya a las madres, hay más red social de protección como el programa Chile Crece Contigo", dice Rojas.

Reconoce que hay otros casos en hospitales en que las madres no abandonan sino que ceden el niño para que alguien lo adopte. "Hay muchos lugares donde madres que tienen conflictos con la maternidad pueden expresar su problema... y hay gente de buen corazón que adopta niños con problemas".

Cuenta que es lógico que la gente que trabaja con estos niños se encariñe con ellos.