Desde la lluviosa noche del martes, los vecinos del callejón Lo Molina y otros lugares cercanos a Chimbarongo andan repasando el rosario y con el Credo en la boca por culpa de una extraña lluvia de polvo amarillo que cayó sobre sus campos.

Para muchos campesinos, el portentoso fenómeno no tiene nada de natural y lo explican con algunas de las tantas inefables señales que, según los profetas, anuncian el inminente comienzo del Armagedón.

Luis Farías Miranda, uno de los damnificados por la caída de lo que parece ser polvo de azufre, en busca de una segunda opinión llamó a los sabios del Servicio Agrícola y Ganadero, SAG.

Mientras los expertos tomaban muestras, la radio local comenzó a recibir idénticos testimonios de Quincharco, Uva Blanca, Teno y otras localidades.

"Parece que durante la noche los ángeles negros se echaron un polvo, pero amarillo", explicó uno de los auditores.

Sea cual fuere el origen de la sustancia, el temor cunde, pues los lugareños temen por la salud de sus animales, volátiles y cuadrúpedos, y el futuro de las cosechas.

La teoría más aterrizada dice que el polvo podría ser ceniza volcánica que el temporal de viento y lluvia arrastró quizás desde dónde. Incluso podría ser una exportación no tradicional argentina o venir aún de más lejos.